Saludos, aquí os dejo un pequeño obsequio para todos los que seguís mis novelas. Se trata del arranque de la esperada segunda parte de "El ritual (Proyecto UR-21)", que espero que muy pronto vea la luz.
En cualquier caso aprovecho la ocasión para darle un toque a los agentes literarios. Aquí tienen un material que puede dar mucho que hablar...Todo es cuestión de tratarlo...
En fin, y aunque muy pronto seguiré informando de más, aquí tenéis un pequeño anticipo. Recuerdo que la obra ya está registrada por lo que queda prohibida su reproducción sin el pertinente consentimiento o referenciarla como es debido.
CAPITULO 1
SUEÑOS ROTOS
1
Hospital General de Arrecife, Lanzarote, Islas Canarias (España)
En la mente del doctor Flores sobrevolaba la incuestionable preocupación del que no confía en toparse nunca con un suceso capaz de fracturar de cuajo sus más férreas convicciones. De alguien que, de un repentino y efímero plumazo, advierte cómo la plenitud de sus creencias se tambalean, con peligro inminente de desplome, frente a la inquietante duda que plantea un asunto tan trascendental y perturbador para la profesión médica como lo es la posibilidad de la existencia de vida después de la muerte. Quizás por ello, y aún incapaz de controlar el apreciable temblor de sus manos, tras invertir unos minutos cumplimentando aquellos soporíferos trámites, más bien diseñados para entorpecer su trabajo, decidió evadirse momentáneamente de la clínica y aguardar fuera. Al pie de las escaleras. Tomar un poco aire se le antojaba conveniente para apaciguar los vertiginosos latidos de su corazón...
SUEÑOS ROTOS
1
Hospital General de Arrecife, Lanzarote, Islas Canarias (España)
En la mente del doctor Flores sobrevolaba la incuestionable preocupación del que no confía en toparse nunca con un suceso capaz de fracturar de cuajo sus más férreas convicciones. De alguien que, de un repentino y efímero plumazo, advierte cómo la plenitud de sus creencias se tambalean, con peligro inminente de desplome, frente a la inquietante duda que plantea un asunto tan trascendental y perturbador para la profesión médica como lo es la posibilidad de la existencia de vida después de la muerte. Quizás por ello, y aún incapaz de controlar el apreciable temblor de sus manos, tras invertir unos minutos cumplimentando aquellos soporíferos trámites, más bien diseñados para entorpecer su trabajo, decidió evadirse momentáneamente de la clínica y aguardar fuera. Al pie de las escaleras. Tomar un poco aire se le antojaba conveniente para apaciguar los vertiginosos latidos de su corazón...
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