Hace unos días tuve la inmensa fortuna de poder leer "Contra la ley de Dios", la segunda novela de M. Palma Medina. Una escritora gaditana que irrumpió en la literatura y sorprendió a más de uno, no hace mucho, con su obra "La paloma herida".
Éste, su nuevo trabajo, ha sido publicado por PILUM Ediciones, una editorial que cree en los autores nóveles y busca el talento en aquellos manuscritos y autores que pueden tener cabida y futuro en el complicado mundo del libro. Y con Palma han dado en el clavo. Lo reconozco. "Contra la ley de Dios" destila grandeza literaria desde los primeros compases. Bien documentada y trabajada, la trama se ambienta en la España de los años veinte, concretamente entre 1923 y 1924. Allí, mientras "todo cambia", conoceremos las andanzas de José María, un adolescente de familia adinerada al que internan en un centro educativo dirigido por una orden religiosa.
En su interior, José María luchará contra las normas y descubrirá la grandeza de todo lo que le está ocurriendo. Incluso descubrirá el amor y una nueva forma de ver el mundo que choca de bruces con sus creencias iniciales.
"Contra la ley de Dios" es una novela sensible, aguda, digna, correcta, costumbrista, detallista y que, permítanme, desprende un cierto aroma a "Heno de pravia" y fresas. Incluso su acertada portada, casi llegando a sepia, ya predispone al lector a adentrarse en esta historia narrada de forma amena y sin grandes descripciones. Se ve a la legua que su autora ha sabido emplear sus herramientas de trabajo para atraer al lector de forma digna. Sin florituras ni artificios. Solo con la pasión por bandera.
A todo esto, debemos sumar que Palma ha sabido combinar con creces la situación social de un país a la deriva (como casi en la actualidad), con la que se producía en el interior del centro educativo. Un lugar repleto de secretos, intrigas y, pese a todo, amistades duraderas.
En sus cerca de 240 páginas, el lector tendrá la oportunidad de descubrir esta estupenda trama dividida en dos partes y quince capítulos correctamente estructurados.
Si bien se suele decir que existen autores que "flaquean" en la finalización de sus libros, éste no es el caso de Palma, que ha sabido concluir su novela dejando un estupendo sabor de boca. A mí sólo me faltó levantarme y aplaudir. Qué quieren que les diga. Por un momento mi imaginación me llevó a pensar que estaba en el cine.
Felicidades pues a M. Palma Medina y PILUM Ediciones por esta obra.
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