Amigos y amigas:
El hecho de dirigirme a vosotros no es otro que para haceros partícipes de la noticia de que, desde primeros de febrero, he decidido iniciar una nueva andadura. A partir de ahora marcho por un nuevo camino por el que ando pertrechado con el único equipaje de la ilusión y el optimismo por bandera. Me consta que los tiempos que corren soplan con viento en contra, pero nadie dijo jamás que tales contrariedades frenaran el tesón y la fe de alguien que batalla por alcanzar sus sueños.
Desde mi etapa como trabajador en Librería Jaime, he podido asistir al nacimiento de cuatro de mis novelas. Años en los que he tenido la oportunidad de compartir experiencias con muchos escritores y lectores que, a la postre, han acabado significando una parte muy importante de mi vida. Me llevo de allí todo eso y mucho más.
Doy gracias a Alhulia y Pedro Gómez, mi primer editor, por confiar en mi trabajo cuando en mi propia ciudad, como suele suceder con tantos otros que comienzan, decidieron darme la espalda, a excepción de Juan Antonio Jaime. Doy gracias a Jesús Lebrero, editor de Absalon, por confiar en mí y posibilitar que tres de mis cuatro novelas viesen la luz con éxito gracias a su sello editorial.
Pero ahora toca seguir y, como los intrépidos navegantes, mirar al horizonte con el mismo arrojo y valentía del que afronta la parte más bonita y trepidante de la historia. Me siento un poco Benito de Soto, un poco Hisam, un poco Alina, un poco Martín Somarriba, un podo Juan Ignacio de Fuensanta y un poco Jaume Delafont. Todos ellos son personajes de unas novelas que me han hecho disfrutar y hacer volar mi imaginación hasta límites que sobrepasan de largo cualquier techo de la realidad.
Y no cabe mayor premio, como suelo sostener a menudo, que el hecho de que alguien agradezca el tiempo que inviertes para su disfrute literario. La vida del escritor, del que casi siente las letras por el torrente sanguíneo es así. Son muchas horas las que suelo dedicar a cada nuevo proyecto, pero esas horas siempre quedan justificadas ante un nuevo lector que se sorprende y queda cautivado por mis historias. Es así. Y es algo muy grande. Lo admito.
Deciros pues que ahora más que nunca continúo trabajando para vosotros. Que sigo escribiendo y haciendo lo que me gusta: documentarme bien y trenzar historias y aventuras que os atrapen de principio a fin. Ahora soy yo. Me siento yo. Javier Castro, escritor. Sí. Y no porque sea yo precisamente el que lo diga, sino porque sois vosotros, los cientos de lectores y amigos que me seguís, los que me animan cada día y me hacen ver que todo será más que posible.
Sea por facebook, correo electrónico, twitter, blogs, o foros literarios, el aliento que me aportáis con vuestros comentarios es lo que me hace seguir luchando por conseguir un sueño del que todos, absolutamente todos, sois partícipes y pieza fundamental.
Brindo por ello, por mi familia que siempre me ha apoyado y porque decidas seguirme en esta aventura. No te arrepentirás.
Muy pronto llegará mi quinta y sorprendente novela, en la que espero volver a contar con todo tu apoyo. Seguro que sí.
Desde aquí, desde el periscopio, desde mi blog, tu blog, nuestro blog, te doy mil veces las gracias por seguir apoyandome en cada uno de mis proyectos.
Javier Castro.
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