viernes, 30 de enero de 2009

¡¡¡QUE VUELVA MARTA!!!








Como muchos otros han hecho ya, me uno con la intención de aportar un pequeño grano de arena en la búsqueda de esta joven desaparecida en Sevilla desde el sábado 24 de enero y, que espero, aparezca muy pronto sana y salva. Al mismo tiempo, quisiera expresarle a la familia Del Castillo no sólo mi máximo apoyo sino toda la esperanza posible en estos momentos tan difíciles. Espero que, como acabo de decir, muy pronto, podamos descubrir que sólo se ha tratado de un susto, y que esta joven pueda reunirse cuanto antes con los suyos.

Su nombre es Marta del Castillo Casanueva, tiene 17 años, mide 1,65 centímetros y la última vez que salió de casa lucía pantalón vaquero, jersey con mangas rosas y una cazadora de pana color negra.

Por favor, si lo estimas oportuno, puedes difundir esta noticia con las fotos para intentar ayudar a encontrarla. Cualquier detalle que se pueda aportar, seguro que será mucho para la investigación policial. Un fuerte abrazo a su familia.

jueves, 29 de enero de 2009

RECORRIDO SENTIMENTAL POR LA CIUDAD DE CÁDIZ



Los que gustan bajar al sur y disfrutar de las calles, plazas y demás rincones de Cádiz, esta ciudad trimilenaria que presume de ser la más antigua de occidente, pueden hacerlo de dos maneras: una, a su aire y confiando en su instinto, con lo que se corre el riesgo de perderse un sinfín de detalles de interés, y la otra, bastante más aconsejable, acompañando su estancia y/o sus paseos con este sobresaliente libro: “Recorrido sentimental por la ciudad de Cádiz” de Belén Peralta.

En él, el lector se irá sumergiendo en mil y una anécdotas, fechas y demás datos de las distintas partes de la ciudad. Aderezado con un ritmo atrayente y una pluma versátil que genera bastante confianza, Belén ha sabido conjugar con sumo temple y maestría la historia añadiendo, además, un ligero toque de la idiosincrasia gaditana, que debo reconocer que sobrevuela la obra en todo momento. Porque la voz del narrador, siempre cercana, parece acompañar al lector casi señalándole con el dedo hacia donde mirar en cada momento.

Situándose a la cabeza de las listas de ventas de las librerías de Cádiz a los pocos días de su puesta de largo, hace menos de un año, se trata además de un libro de mesilla para todo gaditano que viva lejos de su tierra (o el que ame Cádiz también, por supuesto) y que guste empaparse de la “Tacita de Plata” allá donde se encuentre. Que luego bien podrá comprobar, en su visita a la ciudad, las maravillas que encierra este libro.

Para más información, aquí les dejo los datos de la obra y la web de la editorial, desde donde podrán adquirirla sin coste alguno de envío.

Título: Recorrido Sentimental por la ciudad de Cádiz.
Autor: Belén Peralta
Editorial: Absalon
Año: 2008
ISBN: 978-84-934749-9-7
PVP: 14,95

Más información del libro en:
www.edicionesabsalon.com

miércoles, 28 de enero de 2009

"A CIEGAS" LA PELICULA DE "ENSAYO SOBRE LA CEGUERA"


Los que amamos el cine y la literatura estamos de enhorabuena. Al menos eso creo. Porque la mayoría de los lectores son conscientes de que cuando un director decide que ambos artes combinen, uno nunca sabe de antemano si al acomodarse en la butaca está a punto de asistir a una estupenda adaptación o le espera hora y media de uno de los mayores bodrios de la historia del cine. Por cierto, a tenor de lo que he leído en algunos foros, algo así debieron pensar muchos lectores de Crepúsculo, que no salieron muy contentos de las salas de cine.

Por otra parte, admito que a los que nos da por escribir novelas soñamos (reconozco que no sé cuántas veces al día) con el hecho de que una de nuestras obras logre caer en las manos y enamore a una buena productora que acceda a dar vida y poner caras a aquellos personajes que una vez imaginamos y nos acompañaron un buen tiempo de nuestra vida hasta colocar el esperado “fin” en la última página.

En cualquier caso, y a esto viene el escrito de hoy desde el periscopio, si hay un libro que, desde el primer párrafo deseé que convirtieran en película, ese fue “Ensayo sobre la ceguera” del portugués y genial premio Nobel, José Saramago. Es un libro imaginativo, realista, crudo, agónico, cruel, terrorífico, esperanzador… y podría estar buscando calificativos un día entero porque esta obra, cargada de matices y narrada de forma única, no es para menos. Por eso decidí, una vez que lo cerré y aplaudí mentalmente a su autor, ubicarlo entre los mejores libros que he leído jamás.

Hace un par de años, más o menos, trasteando en la red, quiso la suerte que me topara con un artículo en el que un critico-periodista se refería vagamente sobre la posibilidad de que esta novela estuviera interesando a algún que otro director. Meses después, indagando, descubrí que aquel director al que se refería era el brasileño Fernando Meirelles, casualmente, el mismo que adaptó en 2003 la novela “Cidade de Deus” de Paulo Lins, con tanto éxito en su país, que acabó representó a Brasil en los Oscar del 2004 con cuatro nominaciones. Posteriormente, con otra de sus películas “El jardinero Fiel”, la actriz Rachel Weisz se llevó el Oscar a la mejor secundaria.

Así, “Blindness”, o mejor dicho “A ciegas”, como se conocerá en España, será su próximo trabajo basado en “Ensayo sobre la ceguera”. La prueba de fuego y que garantiza al menos mínimamente el film, (como considero que debería llevarse a cabo por norma), fue que una vez ultimado el montaje de la película, Meirelles preparó un pase exclusivo para José Saramago. Sólo él era el único que podría dar el veredicto. Al parecer, y para regocijo del equipo cinematográfico, Saramago abandonó la sala encantado y agradecido al brasileño por haber plasmado tan bien el universo literario-fantástico-terrorífico que él se imagino y con el que ha cautivado y sobrecogido a tantos y tantos lectores en todo el mundo.

En cualquier caso está claro que esa prueba tampoco llega a ser la prueba definitiva para que guste porque esa es la magia de la literatura, que permite a cada uno imaginarnos los escenarios y los personajes a nuestro libre albedrío. Por eso quizás llegan luego tantas decepciones. Espero que con esta no pase.


En fin, que en marzo de 2009, “A ciegas” llegará a las pantallas españolas. Esperemos que, si es sólo la mitad de jugosa que el libro, ya habrá valido la pena. Lo dicho, los amantes de las buenas adaptaciones estamos de enhorabuena. Ya falta menos.

martes, 27 de enero de 2009

ZAPATERO VERSUS CRISIS




El lunes por la noche, y tras una aceptable campaña publicitaria por parte de La Primera, los índices de audiencia registraron que más de 6500000 personas se plantaron ante el televisor para sintonizar el programa “Tengo un pregunta para usted” que, esta vez y ya era hora, contaba con la esperada presencia del presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Y aunque casi siete millones son muchos, pongan como se pongan y en fila india parecerían que mucho más, me sorprende que con esta crisis galopante que tanto nos preocupa no se hayan registrado picos de varios millones más. Porque sí, porque en realidad se trataba de una buena oportunidad para que el actual presidente pudiera transmitir o generar una confianza que, a pesar de que lo intentó por muchos medios y a base de repetirse más que el ajo con ciertas medidas aprobadas en los últimos días, dudo que consiguiera en todo momento.

Si es cierto que mi impresión fue que esta vez Zapatero dijo y aportó más seguridad y tablas que en las dos últimas campañas electorales juntas y que, al margen de que pudiera conocer de antemano las preguntas del examen al que iba a ser sometido (cosa que no me queda claro porque en cuanto el horizonte se teñía de nubarrones emergía de pronto la figura del moderador para echarle un capote), creo que salió bastante mejor parado de lo que él mismo esperaba. Aunque claro, también hay que reconocer que se agarró hasta la saciedad (echando balones fuera) al hecho de culpar de toda la crisis internacional a los Estados Unidos y a la salida de ese paquete urgente de 39.000 obras públicas que serán gestionadas por los Ayuntamientos para aliviar la grave crisis del sector de la construcción. Sin embargo, no recuerdo que en ningún momento se refiriera a la lenta reacción de su equipo de gobierno en los primeros momentos de que estallara esta gran burbuja inmobiliaria que ha perjudicado enormemente a España y que no han sufrido tanto el resto de los países.

Ahora, a toro pasado y con 3 de cada 4 telespectadores satisfechos con sus palabras, como aseguran las encuestas, sólo resta que su gabinete se dedique de inmediato a vigilar con lupa que el montante de esas ayudas, recientemente prometidas, lleguen de verdad y con transparencia a los que la reclamen y que, en tiempos de crisis, no empiecen a ser gestionadas por funcionarios de mala sangre que opten por desviarlas hacia donde a ellos les interese, como suele ocurrir casi siempre con estas cosas.

Por otra parte, y respecto a los fondos del ICO (Instituto de Crédito Oficial), lo que ignora el presidente, o parece que no quiere percatarse aún, es que son los propios Bancos los primeros que no confiar en la medida y continúan no sólo poniendo trabas sino intentando hacer desistir a los empresarios de solicitarlas. Incluso ya corre esta mañana la noticia de que empresarios extremeños amenazan con encerrarse en entidades bancarias en menos de un mes, si esos 10000 millones de euros del ICO no empiezan a circular.

Y es que de nada sirve, señor presidente, que las medidas que usted propone, buenas o malas, no vayan acompañadas de unas medidas de control serias y exhaustivas ya que, por desgracia, este es un país extremadamente individualista y en el que, por norma, la picardía o el engaño suele alabarse más que reprenderse y nunca tiene un castigo en su justa medida. ¿Por qué? Pues porque, y esto es otro asunto donde explayarse, tampoco nos funciona como debería un sistema judicial en el que cada juez suele interpretar las leyes como puede (y en ocasiones quiere) e impone sanciones desproporcionadas para unos e irrisorias para otros. Ya ve, triste manera de impartir justicia, y si no que se lo pregunten a padre de Mari Luz o a Juan Holgado (Padre Coraje), entre otros.

Señor Zapatero, que conste que, desde el periscopio, se le agradece en grado superlativo su postura de dar la cara en estos momentos tan difíciles para nuestro país, y espero sinceramente que continúe trabajando con el mismo empeño y énfasis que puso en cada una de sus respuestas.
Y ya para terminar, por todo lo dicho y más, confío en que tenga usted razón y que la crisis comience a alejarse de nuestras vidas a finales de este 2009 tan difícil.

lunes, 26 de enero de 2009

LAS CUENTAS QUE NO CUADRAN




Mire por donde se mire, por más que gire el periscopio de un lado a otro o vaya de arriba a abajo, hay cuentas que no cuadran.

ING, el gigante holandés, supuestamente “uno de los grupos bancarios más potentes que existen y que más beneficios aportan a sus miles de clientes por todo el mundo”, según la constante y redundante publicidad con la que nos suele “machacar” hasta la saciedad por radio, televisión y prensa, salta ahora a la palestra, aprovechando la crisis y que el Pisuerga pasa por Valladolid, para anunciar a bombo y platillo que se añade a la nueva moda de los despidos en masa.

De momento, ING acaba de reconocer que sus pérdidas en 2008 han rozado los 1000 millones de euros (que traducido a pesetas resulta que no hay pantalla de calculadora corriente que lo resista). Añadido a eso, y en poco menos que una semana después de que Microsoft anunciara 5000 despidos, apuntan que nada más y nada menos que 7000 trabajadores tomarán el camino de la calle durante 2009 a fin de reducir esos costes porque, entiéndanlo, ya sea por una razón o por otra, se demuestra la misma ley universal de "siempre": Si la gestión resulta positiva y con beneficios, la gloria y los dividendos son "siempre" para los jefes y si, por el contrario, la misma se torna en números rojos, la miseria, la culpa y las repercusiones son "siempre" para los empleados. Así de claro ha sido, es y me temo que será siempre por más que avancen los tiempos.

En cualquier caso, Michael Tilmant, consejero delegado de ING, ha presentado su dimisión, que por cierto deberá ser ratificada en una próxima reunión de accionistas el 27 de abril. Sí, por supuesto, es lo que usted está pensando, otro pez gordo que a buen seguro, tras percibir un suculento finiquito y “cargarse” todos esos puestos de trabajo, se retira forrado hasta las cejas a pasar sus últimos años en algún lugar de Hawai o las Bahamas.

A todo esto, ING, imagino que en un alarde de ingenio por mantener la fidelidad y confianza de sus clientes, tranquiliza al personal comunicando que la división bancaria ha generado unos beneficios de 500 millones de euros pero que, por el contrario, es la división de seguros la que ha perdido 9000 millones. Pues vaya, si eso es “fresh banking”, vuelvo a insistir en que prefiero la vieja alcancía de lata de mi abuela, que esa no falla ni terminará echando a nadie a la calle.

Por cierto, olvídense de los coches de Fórmula 1 con los colores anaranjados del ¿gigante? holandés y de tanto “machacón” televisivo porque parece que los “cerebros tulipanes” han recapacitado un poco y también recortarán en esas facetas. Normal.

Lo dicho, nueva multinacional que se retira la careta y se une al club de los despidos eliminando 7000 puestos de trabajo más. Y se ve que, como el virus de la gripe que avanza imparable por estas fechas, otras empresas continúan presentando enormes cuentas negativas con las consiguientes e inmediatas acciones de despidos. La última en hacerlo, lo acabo de oír en la Cadena SER hace unos minutos, es otra gran multinacional holandesa, Phillips, que acaba de anunciar una pérdida de 1400 millones en el último ejercicio y, por consiguiente, dará la patada a 6000 empleados. Y es que queda ya muy claro que el trabajador en la empresa, desde hace mucho tiempo, ha dejado de ser un valor en alza para pasar a convertirse en un estorbo.


Espero sinceramente que los reajustes, que unas y otras prometen, y que su filosofía de aciertos, que le hacían crecer en bolsa no hace mucho tiempo, vuelvan a producirse y pronto, muy pronto, estas firmas que sólo encuentran en los despidos masivos la única vía de mejora, comiencen a rectificar en sus medidas.

domingo, 25 de enero de 2009

PODEMOS, PODEMOS, ¡PODEMOS!


Resulta obvio pensar que el futuro más próximo no pinta de color de rosa, más bien al contrario. Y es que a tenor de la última EPA (Encuesta de Población Activa) 827.000 familias con todos sus miembros desempleados y cerca de un 14 por ciento de tasa de paro son muchas familias y muchos parados para que uno se anime a lucir demasiadas sonrisas.

En este momento, sé que muchos nos sentimos tan impotentes como el pequeño ratón de laboratorio que, prisionero el laberinto y oliendo la cercanía del queso, no logra acercarse a su objetivo a causa de tanta y tanta pared que le cierra el paso. Sin embargo, en estos tiempos tan duros, sólo nos puede ayudar un detalle, y es pensar que, por más que siga la tónica negativa, ya estamos a punto de tocar fondo y, como el submarino del que intenta emerger cada día este periscopio, ya sólo nos resta marchar hacia arriba y comenzar a divisar la luz.

Sé que es complicado y muchos se reirán o me tomarán por necio, pero les aseguro que se puede conseguir. Entre todos sí.

Hace sólo dos o tres años, mientras circulábamos por las carreteras de nuestro país y advertíamos tantas construcciones y a precios tan desorbitados, la mayoría de nosotros comentábamos el hecho de que el mundo parecía haberse vuelto loco y que todo se inflaba como una enorme burbuja que tarde o temprano iba a estallar. Pues bien. La explosión ha llegado y nos ha alcanzado de lleno a todos. Por eso mismo, y a tenor de los datos de la misma EPA, el 98 por ciento de los desempleados en 2008 son vinculados a la construcción. Ahora, según los expertos, es tiempo para el reajuste. La hora en que los bancos, ayudados por el gobierno (que bien podría haber ayudado por cierto al pueblo en vez de a los ricos directamente) deben volver a dar su confianza, la hora en que los pisos construidos bajen sus precios para ir adquiriéndose poco a poco para que el engranaje de esta gran máquina, actualmente constipada, comience de nuevo a girar.

Sé que será difícil conseguirlo y que muchos sufriremos hasta lo que nunca sospechamos. Llegarán días muy grises y que creamos verlo todo tan difícil que no queramos continuar, pero es entonces, AHORA, cuando debemos UNIRNOS, sacar la casta y CONFIAR en que podemos salir adelante para que todo vuelva a normalizarse.

Permítanme que les recuerde algo. Hace pocos meses, la selección española de fútbol acudía al Campeonato de Europa con las estadísticas más desastrosas de toda su historia. Había sufrido lo indecible en su fase clasificatoria y, con el bagaje de sus últimas participaciones internacionales, nadie apostaba un solo euro porque ni tan siquiera superara los cuartos de final. De hecho, hasta el conjunto musical “Amaral”, en un alarde de escasa confianza en su canción “Tarde de domingo rara”, apuntan algo así como “dan el mundial en la tele del bar, España vuelve a casa”. Esos eran nuestros ánimos antes de que el balón echara a rodar hasta que CUATRO, la cadena televisiva encargada de televisar el torneo, inventó una fórmula. Pero no una fórmula mágica, sino todo lo contrario. Una fórmula sencilla que no consistía en más que cargar de optimismo una palabra para luego machacárnosla hasta la saciedad con el objetivo de hacernos creer que todo era posible. ¡Y vaya si lo lograron! La palabra, casualidad o no, tomada por el mismo Barack Obama a lo largo de su campaña con su “Yes, We Can”, es PODEMOS.

Sí, PODEMOS. Con esa palabra en que muchos creímos para darle nuestro apoyo al combinado nacional, y la inestimable ayuda de los muñequitos “woodoo”, que se comercializaron al mismo tiempo para apoyar con más aínco a los nuestros, la selección logró alzarse campeona de la Copa de Europa 44 años después con un juego brillante y sin perder un solo partido. ¿Magia? ¿Casualidad? No. Sólo confianza en que esta vez las cosas si podían salir bien porque contábamos, además, con el PODEMOS de millones de personas.

Pues es ahora, justo cuando lo vemos todo negro, el momento idóneo para volver a “usarla” y retomar ese espíritu de superación que nos unió durante unos días por alcanzar un sueño en común. Y no diga lo contrario, porque niños, mujeres, abuelos, todos, incluso gente que no le gustaba el fútbol el día de la final se plantó ante la televisión con la ilusión de festejar una victoria de España. Una victoria de los nuestros. Sí, PODEMOS. PODEMOS. Le animo a que la diga una y otra vez. Pruebe. Repítala ahora mismo. Con ganas. Que suene como debe ser. Pronúnciela al levantarse o al acostarse. Y no lo haga sin ganas. Cárguela de optimismo y contagie a sus vecinos y amigos. Vamos a lograr, de una vez por todas, que todos los que queremos y habitamos en este país, se inoculen de esta vacuna que nos permita contrarrestar el pesimismo, las malas noticias y el virus de esta maldita crisis.

PODEMOS CONSEGUIRLO, PODEMOS, PODEMOS. SÍ, PODEMOS.

Y vamos a hacerlo. Por eso, ya sea a CUATRO o cualquier otro inversor que encuentra en mis palabras su oportunidad (y espero que sepa premiarme de algún modo por la idea que voy a proponer) animo a que se comercialice de inmediato un nuevo muñeco “woodoo Anticrisis”, a ser posible de fabricación española y no China, (para unirnos así a la propuesta de nuestro señor ministro de Industria), y al que podamos pinchar a nuestro antojo cada vez que oigamos un nuevo ERE, un empeoramiento de tasas de desempleo, subidas de impuestos, etc.

Con esto, bien organizado, creo firmemente que incluso nuestros políticos se lo empezarán a pensar dos veces a la hora de idear medidas realmente válidas y realistas para superar la crisis; porque cerca de 40 millones de habitantes en España, estarán dispuestos a agujerear a diestro y siniestro el muñeco pensando en ellos o en la victoria de nuestras vidas al grito de PODEMOS.

Dicho esto, queda claro que el mensaje propuesto no es otro que lanzar un grito de esperanza ante tanto desastre y, como esa pequeña margarita que de pronto se abre paso entre el duro cemento, pediros encarecidamente que nos unamos más que nunca, que visualicemos la mejoría, que no decaigamos por más que lo intenten y que continuemos caminando hacia adelante con una sola voz: PODEMOS, SÍ, PODEMOS.

Como ya dijo no hace muchos días el propio Obama, “el camino no será fácil, pero nunca lo fue para nadie”. Todas las generaciones han conocido la guerra, la miseria, holocaustos, epidemias mortales, etc. Nosotros tenemos salud, vivimos por fortuna en un estado de paz, tenemos a los nuestros y sólo estamos pasándolo mal unos años o meses que, confío cesarán pronto (y espero que tomemos buena nota para no repetirlos). Y si se nos cierne el peligro de perder el trabajo, luchemos con todas nuestras fuerzas por mantenerlo o, si no, ya vendrá otro nuevo porque, a partir de hoy, vamos a visualizar todos juntos y creer en algo mejor.

Ha llegado el momento de cambiar. Sí, ahora. Justo cuando nos intentan machacar con malas noticias. Ahora es el instante en que nos toca ilusionarnos y confiar en que todo saldrá bien. Seamos positivos porque es la tabla a la que nos toca aferrarnos. Pidamos ayuda y no olvidemos jamás a quien nos la da. Ayudemos y seremos ayudados. Apoyemos y seremos apoyados. Colaboremos en un proyecto común y mejor, de ahora y para siempre porque, a buen seguro, como a la selección española a la que todos animamos, nos llegará la recompensa. Porque sí, porque PODEMOS, PODEMOS, SÍ, SÍ, SÍ, PODEMOS.

PROBABLEMENTE, EL PRIMER POWERPOINT PROMOCIONAL COLGADO EN YOUTUBE FUE EL DE AL-SANAM


En una entrada posterior hablaré con más profundidad de mi primera novela, "Al-Sanam. La caída del ídolo". Mientras tanto, en la siguiente dirección, os adelanto un powerpoint promocional que se colgó en el portal Youtube a poco del lanzamiento de la misma en 2005. Quizás, por el historial, es posible que se tratara del primer "trailerbook" que se colgó en este portal. Tras su aparición, comenzaron a surgir otros realizados con más medios para anunciar distintas novelas.


En estos momentos, a no ser que sea por petición expresa en una librería o directamente a editorial Alhulia a través de su web, es complicada encontrarla porque la primera edición se encuentra agotada en estos momentos, se espera la segunda, y sólo restan pocos ejemplares.


En cualquier caso, es una obra que recomiendo no sólo a los amantes de las novelas históricas medievales basadas en Al-Andalus, sino también al que guste disfrutar con los relatos de aventuras en las que la leyenda se mezcla con la ficción y los hechos reales.




Pinchad o copiad y pegad esta dirección en vuestra barra de direcciones.


Un saludo

viernes, 23 de enero de 2009

¿ME METO O NO ME METO? UNA DE HÉROES



Wilson A. Ribera es un héroe. Así de claro. Bueno, matizando, él y por supuesto Rafael Eugenio Ramos y Miguel Ángel (el cual ha preferido preservar su identidad). Y lo son porque gracias a su valiente y acertada acción-reacción conjunta no sólo lograron reducir hace un par de días a un maltratador que se ensañaba a puñaladas contra su pareja en plena vía pública de Barcelona sino que, ya a toro pasado, y conscientes de que podrían haber alardeado de salvar la vida de la joven, ninguno de ellos ha querido salir del anonimato y fijar precio a su historia para saltar de plató en plató (como así se les ha ofrecido). De estos hombres y su encomiable actitud podrían tomar buena nota (si supieran hacerlo, que lo dudo) esa legión de personajillos de la “frikiprensa amarilla” que no dudan en prostituir públicamente su vida privada vendiendo sus cuernos, sus monstruosas operaciones de estéticas, a su santa madre o a cualquiera que se le ponga por delante. Eso siempre y cuando no acepten incluso ser fusilados por los paparazzis para mostrar una “pupa” emergente en el labio (y a saber en qué labio), y que para mayor indignación del personal, pretenden vender como si se tratase de una enfermedad terminal.

La reflexión desde el periscopio en el caso concreto de Barcelona, llega por mor de un comentario del señor Javier Nash durante una tertulia matinal en Punto Radio. En su intervención, más o menos, ha venido a señalar que “no entendía la actitud del resto de los ciudadanos que presenciaron la brutal agresión y no hicieron nada para evitarlo”. Quizás el hecho de actuar sea lo primero que sobreviene a la cordura de cualquiera, aunque luego, pensado más fríamente la situación, la cosa cambia. Y sobre todo porque, lamentablemente, en este país llamado España, estamos cada vez más acostumbrados a que esa misma penosa justicia, que por cierto bien pronto reclamará un aumento de salario por lo “bien” que lo hace, siempre acabe por ponerse en el lado equivocado.

Así, a bote pronto, quizás toda persona hubiera intervenido para socorrer a esa mujer. Sin embargo, en cuanto mentalmente ajustas en la balanza lo mucho que pones en juego, incluso la misma vida si fallas ante un energúmeno fuera de sus casillas armado con un cuchillo al que ni tres contundentes golpes con una barra de hierro le hicieron desistir de pronto, piensas que lo mejor es no meterte en más líos de la cuenta. Y es triste y duro lo que digo, pero es así. Porque al final, si por mala suerte acabas dañando al sujeto un poco más de lo que pretendías para que cese en su violencia, lo más probable es que hasta te caiga una buena denuncia y acabes con tus huesos en la cárcel. O peor, como le ha sucedido no hace mucho al profesor Neira, que quedes en coma y, para más mierda, ni siquiera la propia victima (otra frikibestia televisiva) te reconozca o agradezca tu buena acción.

Al margen de eso, un detalle que no han mencionado muchos de los medios de comunicación, es que Wilson A. Ribera atesora una férrea instrucción militar, ya que fue miembro del Cuerpo de Infantería de Marina en Ecuador, veterano de guerra en 1995 en el conflicto entre su país y Perú, dejando finalmente su puesto con honores y condecoraciones. De algo y para mucho bien le sirvió entonces su pasado marcial que se alió además con el buen hacer y rapidez de reacción de Rafael y Miguel Ángel.

Por otro lado, siempre defenderé que los demás no es que fueran “cobardes”, como ha querido acusarles el señor Nash (al que, por cierto, ya me gustaría a mi ver su reacción en circunstancias parecidas), sino que, la mayoría mujeres o jóvenes a los que el miedo les venció en aquel instante, decidieron “ponerse a salvo” por simple instinto de supervivencia. Así. Sin más. Y es que lo que hay que evitar desde ya y para siempre es que estas situaciones se zanjen directamente desde la misma raíz. Sin llegar a esa situación extrema. Que tipejos como ese no lleguen jamás a asir el cuchillo porque, a buen seguro, esa no ha sido su primera agresión a su pareja. Y para eso están las denuncias y esos jueces que, supuestamente, cumplen tan “bien” su trabajo que ahora, en tiempos de crisis, congelaciones de salarios y despidos masivos, solicitan solidariamente un aumento de sueldo.

Insisto, a priori todos hubiésemos sido Wilson, pero como dice un buen amigo, cuando llega lidiar con el toro nadie sabe en realidad de qué forma va a usar el capote. Bueno, algunos si y lo cumplen. Y es eso lo que distingue a los verdaderos héroes. Héroes como éstos. Gracias Wilson, Rafael y Miguel Ángel. Ahora, lo único necesario para que su valiente acción no quede en nada, es que el agresor sufra un castigo ejemplar y, por supuesto, jamás vuelva a encontrarse con su víctima. ¿Alguien se cree eso?

jueves, 22 de enero de 2009

MÁS VALE TARDE QUE NUNCA. CONSUMA “MADE IN SPAIN”




Reza el sabio refranero español que “más vale tarde que nunca”. Deseo aclarar que esto viene a que, por fin, el 21 de enero de 2009, y siempre desde el modesto punto de vista del periscopio, el ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, se atrevió a lanzar al aire una simple “propuesta-medida” con cierto tufo “proteccionista”, aunque él se empeñe en sostener lo contrario, para paliar no sólo los efectos de la crisis sino proteger, de paso, muchos puestos de trabajo. Tantos como 120000. Que no es poca cosa.

Dicha medida no consiste en más que conceder cierta prioridad a los productos españoles en nuestra cesta de la compra. Ojo, que Sebastián no ha querido decir con esto que el pueblo se gaste más ni sólo se consuman productos españoles, sino que “a los factores de calidad y precio, por ejemplo, se añada a partir de ahora el hecho de que el -made in- sea de nuestro país”. Esto, por lógica, evitaría pérdidas en las nuestras empresas lo que, por consiguiente, ayudaría a mantener la cifra de puestos de trabajo señalada con anterioridad. Por supuesto, su coherente medida no sólo abarcaría la cesta de la compra sino, por ejemplo, también ayudaría, y mucho, el sencillo gesto de cambiar unas vacaciones en el Caribe por otras en el bello territorio nacional, por aquello de dejar el “dinero fresco” dentro de nuestras fronteras.

“Bastaría con que un ciudadano sustituya en su cesta de la compra productos importados por nacionales por valor de 150 euros al año, el equivalente a un traje, un abrigo o juguetes de navidad”- afirma el ministro. Y me parece bien, qué quieren que les diga porque, como observarán, cuando llueven los problemas, todo hijo de vecino lo primero que procura es velar por los intereses de sus seres queridos, por lo más cercano y ¿qué hay en estos momentos más cercano que nuestro país cuando las estamos pasando tan perras?

En cualquier caso, es ahora, al comparar precios buscando el “made in Spain” cuando nos daremos cuenta de la verdadera competitividad de nuestra nación sobre los omnipresentes productos asiáticos que han terminado por hundir la economía muchos países europeos, al margen de otros muchos factores, claro está.

Como no podía ser de otra forma, y como toda cara tiene su cruz, la asociación de empresarios exportadores ha puesto rápidamente el grito en el cielo argumentando que esta medida podría perjudicar drásticamente las exportaciones españolas en caso en que los demás países decidan hacer lo mismo. Sin embargo, vuelvo a insistir, el ministro ha estado de lo más comedido y prudente en sus declaraciones, puesto que no parece haber dicho nunca eso de “busque, compare y si es español, cómprelo”, sino que se tenga en cuenta la nacionalidad como un factor más a la hora de elegir.

Dicho esto, me uno a este medido e invito a todos a que no sólo se animen a adquirir productos españoles en la cesta de la compra sino en otros ámbitos, desde ropa, calzado a vehículos, etc. ya que así, aunque no nos percatemos, nos estaremos ayudando mutuamente los unos a los otros y, sin sospecharlo siquiera, probablemente alguien, en las próximas horas y en algún lugar de este país, estará aportando su grano de arena para que no sea usted el próximo en perder el puesto de trabajo.

miércoles, 21 de enero de 2009

HOY ME TOCA GUARDAR SILENCIO



DISCURSO INAUGURAL DE BARACK OBAMA

Queridos conciudadanos:

Me presento aquí hoy humildemente consciente de la tarea que nos aguarda, agradecido por la confianza que habéis depositado en mí, conocedor de los sacrificios que hicieron nuestros antepasados. Doy gracias al presidente Bush por su servicio a nuestra nación y por la generosidad y la cooperación que ha demostrado en esta transición.
Son ya 44 los estadounidenses que han prestado juramento como presidentes. Lo han hecho durante mareas de prosperidad y en aguas pacíficas y tranquilas. Sin embargo, en ocasiones, este juramento se ha prestado en medio de nubes y tormentas. En esos momentos, Estados Unidos ha seguido adelante, no sólo gracias a la pericia o la visión de quienes ocupaban el cargo, sino porque Nosotros, el Pueblo, hemos permanecido fieles a los ideales de nuestros antepasados y a nuestros documentos fundacionales. Así ha sido. Y así debe ser con esta generación de estadounidenses.
Es bien sabido que estamos en medio de una crisis. Nuestro país está en guerra contra una red de violencia y odio de gran alcance. Nuestra economía se ha debilitado enormemente, como consecuencia de la codicia y la irresponsabilidad de algunos, pero también por nuestra incapacidad colectiva de tomar decisiones difíciles y preparar a la nación para una nueva era. Se han perdido casas; se han eliminado empleos; se han cerrado empresas. Nuestra sanidad es muy cara; nuestras escuelas tienen demasiados fallos; y cada día trae nuevas pruebas de que nuestros usos de la energía fortalecen a nuestros adversarios y ponen en peligro el planeta.
Estos son indicadores de una crisis, sujetos a datos y estadísticas. Menos fácil de medir pero no menos profunda es la destrucción de la confianza en todo nuestro territorio, un temor persistente de que el declive de Estados Unidos es inevitable y la próxima generación tiene que rebajar sus miras. Hoy os digo que los problemas que nos aguardan son reales. Son graves y son numerosos. No será fácil resolverlos, ni podrá hacerse en poco tiempo. Pero debes tener clara una cosa, América: los resolveremos.
Hoy estamos reunidos aquí porque hemos escogido la esperanza por encima del miedo, el propósito común por encima del conflicto y la discordia. Hoy venimos a proclamar el fin de las disputas mezquinas y las falsas promesas, las recriminaciones y los dogmas gastados que durante tanto tiempo han sofocado nuestra política.
Seguimos siendo una nación joven, pero, como dicen las Escrituras, ha llegado la hora de dejar a un lado las cosas infantiles. Ha llegado la hora de reafirmar nuestro espíritu de resistencia; de escoger lo mejor que tiene nuestra historia; de llevar adelante ese precioso don, esa noble idea, transmitida de generación en generación: la promesa hecha por Dios de que todos somos iguales, todos somos libres, y todos merecemos una oportunidad de buscar toda la felicidad que nos sea posible.
Al reafirmar la grandeza de nuestra nación, sabemos que esa grandeza no es nunca un regalo. Hay que ganársela. Nuestro viaje nunca ha estado hecho de atajos ni se ha conformado con lo más fácil. No ha sido nunca un camino para los pusilánimes, para los que prefieren el ocio al trabajo, o no buscan más que los placeres de la riqueza y la fama. Han sido siempre los audaces, los más activos, los constructores de cosas -algunos reconocidos, pero, en su mayoría, hombres y mujeres cuyos esfuerzos permanecen en la oscuridad- los que nos han impulsado en el largo y arduo sendero hacia la prosperidad y la libertad.
Por nosotros empaquetaron sus escasas posesiones terrenales y cruzaron océanos en busca de una nueva vida. Por nosotros trabajaron en condiciones infrahumanas y colonizaron el Oeste; soportaron el látigo y labraron la dura tierra. Por nosotros combatieron y murieron en lugares como Concord y Gettysburg, Normandía y Khe Sahn. Una y otra vez, esos hombres y mujeres lucharon y se sacrificaron y trabajaron hasta tener las manos en carne viva, para que nosotros pudiéramos tener una vida mejor. Vieron que Estados Unidos era más grande que la suma de nuestras ambiciones individuales; más grande que todas las diferencias de origen, de riqueza, de partido.
Ése es el viaje que hoy continuamos. Seguimos siendo el país más próspero y poderoso de la Tierra. Nuestros trabajadores no son menos productivos que cuando comenzó esta crisis. Nuestras mentes no son menos imaginativas, nuestros bienes y servicios no son menos necesarios que la semana pasada, el mes pasado ni el año pasado. Nuestra capacidad no ha disminuido. Pero el periodo del inmovilismo, de proteger estrechos intereses y aplazar decisiones desagradables ha terminado; a partir de hoy, debemos levantarnos, sacudirnos el polvo y empezar a trabajar para reconstruir Estados Unidos.
Porque, miremos donde miremos, hay trabajo que hacer. El estado de la economía exige actuar con audacia y rapidez, y vamos a actuar; no sólo para crear nuevos puestos de trabajo, sino para sentar nuevas bases de crecimiento. Construiremos las carreteras y los puentes, las redes eléctricas y las líneas digitales que nutren nuestro comercio y nos unen a todos. Volveremos a situar la ciencia en el lugar que le corresponde y utilizaremos las maravillas de la tecnología para elevar la calidad de la atención sanitaria y rebajar sus costes. Aprovecharemos el sol, los vientos y la tierra para hacer funcionar nuestros coches y nuestras fábricas. Y transformaremos nuestras escuelas y nuestras universidades para que respondan a las necesidades de una nueva era. Podemos hacer todo eso. Y todo lo vamos a hacer.
Ya sé que hay quienes ponen en duda la dimensión de mis ambiciones, quienes sugieren que nuestro sistema no puede soportar demasiados grandes planes. Tienen mala memoria. Porque se han olvidado de lo que ya ha hecho este país; de lo que los hombres y mujeres libres pueden lograr cuando la imaginación se une a un propósito común y la necesidad al valor.
Lo que no entienden los escépticos es que el terreno que pisan ha cambiado, que las manidas discusiones políticas que nos han consumido durante tanto tiempo ya no sirven. La pregunta que nos hacemos hoy no es si nuestro gobierno interviene demasiado o demasiado poco, sino si sirve de algo: si ayuda a las familias a encontrar trabajo con un sueldo decente, una sanidad que puedan pagar, una jubilación digna. En los programas en los que la respuesta sea sí, seguiremos adelante. En los que la respuesta sea no, los programas se cancelarán. Y los que manejemos el dinero público tendremos que responder de ello -gastar con prudencia, cambiar malos hábitos y hacer nuestro trabajo a la luz del día-, porque sólo entonces podremos restablecer la crucial confianza entre el pueblo y su gobierno.
Tampoco nos planteamos si el mercado es una fuerza positiva o negativa. Su capacidad de generar riqueza y extender la libertad no tiene igual, pero esta crisis nos ha recordado que, sin un ojo atento, el mercado puede descontrolarse, y que un país no puede prosperar durante mucho tiempo cuando sólo favorece a los que ya son prósperos. El éxito de nuestra economía ha dependido siempre, no sólo del tamaño de nuestro producto interior bruto, sino del alcance de nuestra prosperidad; de nuestra capacidad de ofrecer oportunidades a todas las personas, no por caridad, sino porque es la vía más firme hacia nuestro bien común.
En cuanto a nuestra defensa común, rechazamos como falso que haya que elegir entre nuestra seguridad y nuestros ideales. Nuestros Padres Fundadores, enfrentados a peligros que apenas podemos imaginar, elaboraron una carta que garantizase el imperio de la ley y los derechos humanos, una carta que se ha perfeccionado con la sangre de generaciones. Esos ideales siguen iluminando el mundo, y no vamos a renunciar a ellos por conveniencia. Por eso, a todos los demás pueblos y gobiernos que hoy nos contemplan, desde las mayores capitales hasta la pequeña aldea en la que nació mi padre, os digo: sabed que Estados Unidos es amigo de todas las naciones y todos los hombres, mujeres y niños que buscan paz y dignidad, y que estamos dispuestos a asumir de nuevo el liderazgo.
Recordemos que generaciones anteriores se enfrentaron al fascismo y el comunismo no sólo con misiles y carros de combate, sino con alianzas sólidas y convicciones duraderas. Comprendieron que nuestro poder no puede protegernos por sí solo, ni nos da derecho a hacer lo que queramos. Al contrario, sabían que nuestro poder crece mediante su uso prudente; nuestra seguridad nace de la justicia de nuestra causa, la fuerza de nuestro ejemplo y la moderación que deriva de la humildad y la contención.
Somos los guardianes de este legado. Guiados otra vez por estos principios, podemos hacer frente a esas nuevas amenazas que exigen un esfuerzo aún mayor, más cooperación y más comprensión entre naciones. Empezaremos a dejar Irak, de manera responsable, en manos de su pueblo, y a forjar una merecida paz en Afganistán. Trabajaremos sin descanso con viejos amigos y antiguos enemigos para disminuir la amenaza nuclear y hacer retroceder el espectro del calentamiento del planeta. No pediremos perdón por nuestra forma de vida ni flaquearemos en su defensa, y a quienes pretendan conseguir sus objetivos provocando el terror y asesinando a inocentes les decimos que nuestro espíritu es más fuerte y no podéis romperlo; no duraréis más que nosotros, y os derrotaremos.
Porque sabemos que nuestra herencia multicolor es una ventaja, no una debilidad. Somos una nación de cristianos y musulmanes, judíos e hindúes, y no creyentes. Somos lo que somos por la influencia de todas las lenguas y todas las culturas de todos los rincones de la Tierra; y porque probamos el amargo sabor de la guerra civil y la segregación, y salimos de aquel oscuro capítulo más fuertes y más unidos, no tenemos más remedio que creer que los viejos odios desaparecerán algún día; que las líneas tribales pronto se disolverán; y que Estados Unidos debe desempeñar su papel y ayudar a iniciar una nueva era de paz.
Al mundo musulmán: buscamos un nuevo camino hacia adelante, basado en intereses mutuos y mutuo respeto. A esos líderes de todo el mundo que pretenden sembrar el conflicto o culpar de los males de su sociedad a Occidente: sabed que vuestro pueblo os juzgará por lo que seáis capaces de construir, no por lo que destruyáis. A quienes se aferran al poder mediante la corrupción y el engaño y acallando a los que disienten, tened claro que la historia no está de vuestra parte; pero estamos dispuestos a tender la mano si vosotros abrís el puño.
A los habitantes de los países pobres: nos comprometemos a trabajar a vuestro lado para conseguir que vuestras granjas florezcan y que fluyan aguas potables; para dar de comer a los cuerpos desnutridos y saciar las mentes sedientas. Y a esas naciones que, como la nuestra, disfrutan de una relativa riqueza, les decimos que no podemos seguir mostrando indiferencia ante el sufrimiento que existe más allá de nuestras fronteras, ni podemos consumir los recursos mundiales sin tener en cuenta las consecuencias. Porque el mundo ha cambiado, y nosotros debemos cambiar con él.
Mientras reflexionamos sobre el camino que nos espera, recordamos con humilde gratitud a esos valerosos estadounidenses que en este mismo instante patrullan desiertos lejanos y montañas remotas. Tienen cosas que decirnos, del mismo modo que los héroes caídos que yacen en Arlington nos susurran a través del tiempo. Les rendimos homenaje no sólo porque son guardianes de nuestra libertad, sino porque encarnan el espíritu de servicio, la voluntad de encontrar sentido en algo más grande que ellos mismos. Y sin embargo, en este momento -un momento que definirá a una generación-, ese espíritu es precisamente el que debe llenarnos a todos.
Porque, con todo lo que el gobierno puede y debe hacer, a la hora de la verdad, la fe y el empeño del pueblo norteamericano son el fundamento supremo sobre el que se apoya esta nación. La bondad de dar cobijo a un extraño cuando se rompen los diques, la generosidad de los trabajadores que prefieren reducir sus horas antes que ver cómo pierde su empleo un amigo: eso es lo que nos ayuda a sobrellevar los tiempos más difíciles. Es el valor del bombero que sube corriendo por una escalera llena de humo, pero también la voluntad de un padre de cuidar de su hijo; eso es lo que, al final, decide nuestro destino.
Nuestros retos pueden ser nuevos. Los instrumentos con los que los afrontamos pueden ser nuevos. Pero los valores de los que depende nuestro éxito -el esfuerzo y la honradez, el valor y el juego limpio, la tolerancia y la curiosidad, la lealtad y el patriotismo- son algo viejo. Son cosas reales. Han sido el callado motor de nuestro progreso a lo largo de la historia. Por eso, lo que se necesita es volver a estas verdades. Lo que se nos exige ahora es una nueva era de responsabilidad, un reconocimiento, por parte de cada estadounidense, de que tenemos obligaciones con nosotros mismos, nuestro país y el mundo; unas obligaciones que no aceptamos a regañadientes sino que asumimos de buen grado, con la firme convicción de que no existe nada tan satisfactorio para el espíritu, que defina tan bien nuestro carácter, como la entrega total a una tarea difícil.
Éste es el precio y la promesa de la ciudadanía.
Ésta es la fuente de nuestra confianza; la seguridad de que Dios nos pide que dejemos huella en un destino incierto.
Éste es el significado de nuestra libertad y nuestro credo, por lo que hombres, mujeres y niños de todas las razas y todas las creencias pueden unirse en celebración en este grandioso Mall y por lo que un hombre a cuyo padre, no hace ni 60 años, quizá no le habrían atendido en un restaurante local, puede estar ahora aquí, ante vosotros, y prestar el juramento más sagrado.
Marquemos, pues, este día con el recuerdo de quiénes somos y cuánto camino hemos recorrido. En el año del nacimiento de Estados Unidos, en el mes más frío, un pequeño grupo de patriotas se encontraba apiñado en torno a unas cuantas hogueras mortecinas a orillas de un río helado. La capital estaba abandonada. El enemigo avanzaba. La nieve estaba manchada de sangre. En un momento en el que el resultado de nuestra revolución era completamente incierto, el padre de nuestra nación ordenó que leyeran estas palabras:
"Que se cuente al mundo futuro... que en el más profundo invierno, cuando no podía sobrevivir nada más que la esperanza y la virtud... la ciudad y el campo, alarmados ante el peligro común, se apresuraron a hacerle frente".
América. Ante nuestros peligros comunes, en este invierno de nuestras dificultades, recordemos estas palabras eternas. Con esperanza y virtud, afrontemos una vez más las corrientes heladas y soportemos las tormentas que puedan venir. Que los hijos de nuestros hijos puedan decir que, cuando se nos puso a prueba, nos negamos a permitir que se interrumpiera este viaje, no nos dimos la vuelta ni flaqueamos; y que, con la mirada puesta en el horizonte y la gracia de Dios con nosotros, seguimos llevando hacia adelante el gran don de la libertad y lo entregamos a salvo a las generaciones futuras.
Gracias, que Dios os bendiga, que Dios bendiga a América.

martes, 20 de enero de 2009

LOS DIABLOS DEL MAR. LA ODISEA DE LA BURLA NEGRA. AL DESCUBIERTO (1 PARTE)




Saludos, como primera entrada dedicada a uno de mis libros, concretamente a "Los Diablos del Mar. La odisea de la Burla Negra", sitúo aquí a modo de, digamos resumen-entrevista, gran parte de lo relacionado con esta novela. La mayoría de las preguntas provienen de los mismos lectores, entrevistas de medios de comunicación o asistentes a las presentaciones del libro. En breve colgaré una segunda parte. Espero que sea de vuestro agrado.




Entrevista (parte 1) Los Diablos del Mar. La odisea de la Burla Negra:

Pregunta: Los Diablos del Mar. La Odisea de la Burla Negra es tu segunda novela y la primera de Enrique G. Luque ¿De qué trata?

Javier Castro: Versa sobre los dos últimos años de correrías del último pirata español: El pontevedrés Benito de Soto. Es una historia que me apasionó sobremanera desde el primer momento en que la descubrí.

P.: ¿Cómo la descubriste? ¿Cómo llego a ti?

J.C.: Pues de forma casual, en una fiesta en casa de una amiga común, Quique me comentó acerca de un artículo suyo que publicó en Diario de Cádiz sobre la efeméride del descubrimiento de “Los Duros Antiguos” en la playa Victoria. Aquel artículo lo publicó en 2004. Cuando me contó la historia, me dejó poco menos que fascinado porque supe enseguida que, bien aderezada y trabajada, podría sacársele mucho partido.

P.: ¿Habías escrito antes algo de piratas?

J.C.: En absoluto, mi primera novela, que acababa de presentar por aquel entonces, “Al-Sanam. La caída del ídolo” trataba sobre un capítulo muy desconocido del Cádiz Andalusí. También había cierta aventura marítima, pero nada que ver con esta historia.

P.: Imagino que esto te lo habrán preguntado muchas veces pero… ¿Cómo se escribe una novela a cuatro manos?

J.C.: Pues más fácil de lo que la gente se cree, siempre y cuando los que decidan hacerlo se lleven bien. En todas las presentaciones del libro siempre he comentado que Quique y yo formamos una especie de “matrimonio literario muy bien avenido”. Yo me encargaba de escribir y avanzar en la historia, él de recopilar la información histórica, corregir las cuestiones náuticas, etc… La difícil fue sacar el tiempo de donde no lo había para intentar adelantar trabajo y corregirlo a conciencia hasta completar la historia. Creo que el secreto es que ambos respetábamos nuestro trabajo y nunca discutimos porque teníamos las cosas muy claras.

P.: ¿Escribiréis algo más juntos?

J.C.: Por lo pronto creo que no, pero es un proyecto que no descarto. Al contrario. Ya le he comentado varias veces que me encantaría repetir la experiencia y, en cuanto se tercie, imagino que no habrá problemas para ponernos manos a la obra. Quique y yo somos muy buenos amigos.

P.: Volviendo a Los Diablos del Mar… ¿de qué va esta historia?

J.C.: Bueno, no es fácil de resumir porque en realidad la novela se divide en tres historias que se unirán para llegar a un final inesperado. Digamos que la primera vía sigue las correrías de Benito de Soto y sus secuaces. Cómo estos hombres, marineros de un bergantín esclavista, “El Defensor de Pedro”, deciden convertirse en piratas. Por otro lado, en varios capítulos alternos del libro se narran las desventuras de Nadja, una joven y bella esclava de la que Benito se enamora o, digamos mejor que se encapricha tras un primer encuentro en aguas del Caribe. Por último, también se cuentan las peripecias y la heroicidad de los pasajeros del “Morning Star”, el primer barco atacado violentamente por los piratas. En especial, sin descuidar un ápice al resto del pasaje, centramos la atención del lector en Helen Field y el joven lisiado Alan Clark.

P.: ¿Tiene lo que contáis una base real?

J.C.: Por supuesto, digamos que el ochenta por ciento de la obra se basa en hechos reales. Incluso, en algunas ocasiones, nos topamos con datos tan escalofriantes que nos vimos forzados a explicarlos a pie de página por si el lector creía que salían de nuestra imaginación.
Gran parte de lo que se cuenta se basa en los Diarios Mercantiles de la época y, sobre todo, en las declaraciones de las distintas personas que testificaron en el juicio contra los piratas que se celebró en la Prisión militar de las Cuatro Torres, en San Fernando, en 1829, y que fueron recogidas por el Capitán de Navío Joaquín María de Lazaga y Garay en un libro publicado allá por 1892.

P.: Dicen que el libro tiene partes muy duras

J.C.: Cierto, pero eso era algo que no quería obviar desde el primer momento. Mi última intención es crear un personaje pirata tipo “Holliwood”. Benito de Soto no tenía nada de cómico y sí, en cambio, mucha maldad. Los piratas no escatimaban en jugarse la vida a cada instante. Siempre estaban alerta y sabían que quizás estaban viviendo el último día de sus vidas. De Soto era un tipo gélido y difícil de conocer. Nunca pretendí que gustara, aunque si es cierto que, como todo mortal, tenía una debilidad, y eso fue enamorarse en secreto de una esclava.

P.: ¿Es eso cierto?

J.C.: Pudo ser. A sus veinticinco años, De Soto era todo un líder despiadado aunque tenía en su pasado guardaba muchas cosas que quería ocultar. Una de ellas pudo ser el amor que pudo concebir hacia Nadja y la otra, el patente complejo que tenía por sus trazas en la cara debido a una enfermedad juvenil.

P.: Volviendo a la dureza, el libro trata también de la esclavitud y la malaria.

J.C.: Sí, la aventura pirata en alta mar se intercala con una cruda historia de esclavitud y la temible malaria que, aún hoy en día se sigue llevando la vida de miles de personas al año. Y respecto a la esclavitud, creo que el libro gana bastante actualidad en tanto que, según un último estudio, actualmente existen en el mundo más esclavos que en cualquier otra parte de la historia. Es triste, pero la realidad es así.

P.: ¿Cómo es eso?

J.C.: Bueno, cuando cualquiera piensa en esclavos, producto de las películas y literatura, se le viene a la mente los barcos negreros o las plantaciones de algodón en los estados sureños norteamericanos. Sin embargo, hoy en día existe un enorme tráfico de esclavos. Desde niños que trabajan en China a los que ayudan a extraer Coltán en las minas de El Congo, desde niñas y adolescentes esclavas sexuales en la india, Caribe o Filipinas hasta trabajadores en barracones que trabajan por un mísero sueldo. Según he leído hace unos días en una publicación de prestigio, entre 3000 y 5000 eslavas entran en Israel cada año para prostituirse. ¿Cuántas otras no entrarán forzadas a eso en otros países? Eso es esclavismo. Mire por donde se mire.

P.: El final de esta historia dicen que guarda una sorpresa.

J.C.: Bueno, quizás sea más sorpresa para los que viven en Cádiz o conocen Cádiz. También lo es para todo lector, aunque eso en realidad lo descubren luego y mejor si tienen la suerte de visitar nuestra ciudad. Como entenderás no voy a revelar de qué se trata. Perdería parte del encanto y la leyenda.

P.: ¿Cómo describirías en general esta novela?

J.C.: Como una aventura trepidante de las que te atrapan en el sillón. Es cierto que el comienzo resulta algo más lento pero es para introducir al lector en situación, sin embargo, como he leído por ahí a un lector, si se sabe esperar un poco, se hace bastante adictiva. Creo sinceramente que es una de esas novelas que no te deja igual cuando cierras el libro. O por lo menos eso es lo que hemos pretendido. Además, el que quiera puede vivir una segunda parte real que le una aún más a la historia.

P.: ¿A qué te refieres?

J.C.: Son las casualidades de la vida. Me explico. Mientras este libro rondaba las editoriales, un empresario carnavalero, Antonio Rivas, decidió montar un establecimiento al que llamó “Los Anticuarios”, que es el nombre el coro que cantó por primera vez “Los Duros Antiguos” en 1905. Casualmente, el libro y su taberna vieron la luz en la misma semana de 2008. El local es precioso y, para nuestra sorpresa, en el sótano del mismo ha recreado la bodega de “La Burla Negra”, el barco protagonista de la historia que capitaneó De Soto.

P.: ¿No era el Defensor de Pedro?

J.C.: Sí, pero parte de la leyenda, que por cierto aclaramos en el libro, afirma que tras cometer el primer abordaje, los piratas decidieron mudarle el nombre a “Burla Negra”.

P.: El libro parece que está funcionando bien.

J.C.: Sí, estamos muy contentos. Tenemos muy buenas críticas y ya ha salido la segunda edición. Además, las ventas marchan muy bien fuera de Cádiz porque, en realidad, no se trata en absoluto de un libro localista sino todo lo contrario. Habla en parte de Cádiz, pero sólo digamos que de un modo puramente accidental. Esto último lo entenderán mejor cuando lean la obra.

P.: ¿Y qué os parece la editorial Absalon?

J.C.: Genial, estamos muy satisfechos con la elección. Personalmente, quizás me disgusta un poco la distribución física del libro, pero por internet se mueven bastante bien. La venta en su página va genial. Es http://www.edicionesabsalon.com/ En cualquier caso es una empresa joven gaditana que crece a la par que sus autores y dan buenas oportunidades. Jesús Lebrero, mi editor, tiene grandes ideas y siempre te apoya. Creo que su proyecto va a convertirse en algo muy grande dentro de muy poco.

P.: Habéis hecho varias presentaciones, ¿no es así?

J.C.: Cierto, y en todas nos fue de maravilla. La primera fue en Cádiz, en la Asociación de la Prensa. Llenamos el salón de actos y el “Dúo Columela”, que colaboró con nosotros aquella tarde, levantó al público de sus asientos tras tocar a flauta y guitarra el tanguillo de “Los Duros Antiguos”, que tiene que ver mucho con esta historia. Ver el aplauso emocionado de aquel público entregado fue un momento que siempre llevaré en mi corazón. Luego, como colofón, firmamos un montón de ejemplares.
En Abril llegó Sevilla. Lo presentamos en Casa del Libro y todo salió a pedir de boca. La organización corrió a cargo de Edere y todo salió a perfecto. El público respondió bien y nos trataron fenomenal. Fue una enorme satisfacción acercar esta historia de piratas a los sevillanos. Además no sólo tuve la ocasión de ver a buenos amigos sino que pude arrancarme una espinita que tenía clavada por no haber podido presentar allí mi primera novela. Más tarde, en plenas fiestas de los Patios, hicimos la tercera presentación en Córdoba, la tierra natal de Quique. La librería “La compañía del Libro” se llenó por completo y la presentación de la periodista de la Cadena SER fue una auténtica pasada, sin restar méritos a nuestras otras dos presentadoras a las que, desde aquí aprovecho para enviarles un fuerte abrazo. Lo digo porque todo se hizo de un modo distinto, muy ameno… como una entrevista a tres bandas. El público también participó y fue una auténtica velada pirata que se saldó con otro buen puñado de firmas.

P.: ¿Queda alguna más?

J.C.: Puede, pero si es así ya adelantaré algo en el blog. Quisimos hacer la de la segunda edición en el local de Rivas, pero por motivos personales no ha sido posible. Ahora quizás se pueda presentar en otra ciudad lejos de Andalucía. Vamos a ver qué pasa.

P.: ¿Tienes alguna obra más en proyecto?

J.C.: En realidad tengo dos, y ambas están en manos de Jesús Lebrero. Espero que pronto vean la luz. Una de ellas sigue el camino de novela histórica y la otra… Bueno, la otra sólo puedo decir que esconde en sus entrañas un secreto de lo más inquietante. Hasta a mí se me disparan los latidos del corazón de sólo pensar en ella.

P.: ¿Puedes adelantarnos algo?

J.C.: Aún no. Sigo instrucciones precisas de una tercera persona, que no estoy autorizado a descubrir, y no puedo revelar nada hasta que no se firme el contrato, cosa que no se ha producido aún. Admito que soy yo el primer sorprendido de toda esa historia, que a buen seguro promete desbordarme, por la magnitud que entraña la temática de la misma y los estudios científicos que se explicarán en ella y que constituyen la resolución de un enorme misterio para toda la humanidad.

P.:Pues nos acabas de dejar con la miel en los labios…

J.C.: Lo siento mucho, pero como digo es “top secret”. Sólo puedo decir que la pelota está en el tejado de la editorial y en cuanto Jesús Lebrero lo decida, podré adelantar algo más, pero no mucho.

P.: ¿Estas dos la escribes sólo o con Quique?

J.C.: Sólo. Vuelvo a caminar en solitario, aunque como dije antes, no descarto en breve hacer algo más juntos. Me ha gustado mucho la experiencia de “Los Diablos del Mar” y me gustaría repetirla algún día.

P. Bueno, te emplazo para una próxima entrada del blog en la que espero que hables más profundamente de esos dos proyectos. Nos has dejado francamente desconcertados.

J.C.: Por supuesto.

P. ¿Te gustaría añadir algo más?

J.C.: Pues de momento quisiera decirle a los lectores que se animen a acercarse a “Los Diablos del Mar” porque, a buen seguro, van a disfrutarla a tope. Me encantaría recibir en el blog sus opiniones y comentarios. Por supuesto, si les gusta, también les emplazo para que se acerquen a su librería a pedir “Al-Sanam” porque es otra historia que les va a sorprender, sobre todo en su segunda edición, aún pendiente de lanzar por parte de editorial Alhulia. Espero que no se demoren mucho más.

P. Muchas gracias, Javier.

J.C.: Gracias a vosotros y un fuerte abrazo a todos los lectores y los que siguen el blog.

POR CIERTO, PARA AQUEL QUE QUIERA ADQUIRIR LA OBRA:
TITULO: LOS DIABLOS DEL MAR. LA ODISEA DE LA BURLA NEGRA
AUTORES: F. JAVIER CASTRO MIRANDA Y ENRIQUE G. LUQUE
EDITORIAL: ABSALON
ISBN: 978-84-934749-8-0

lunes, 19 de enero de 2009

CÁDIZ, SI ES LUGAR PARA VIEJOS. UN GUIÑO A MIS AMIGOS



Qué retirados quedan ya esos días en que, paseando por la “Tacita de Plata”, uno no cesaba de coincidir con amigos por cada esquina, entendiéndose en este caso amigos a aquellos que compartieron la infancia entre las calles y plazas de este bello rincón atlántico.

Y es que el incansable paso del tiempo, las distintas etapas de la vida, la deprimida economía que siempre azota este sur, la falta de trabajo, la escasez de pisos (y/o el precio de estos) y mil condicionantes más, han provocado que muchos de los que integrabamos aquel batallador equipo de “futbito” de 6ºC de Santa Teresa o los que nos reuníamos en la plaza de Jesús Nazareno alrededor de un balón de plástico, las canicas o los trompos (dicho sea de paso con las rodillas masacradas de postillas y arañazos), ya sólo compartamos el recuerdo de ese querido Cádiz desde la distancia.

Yo de momento, y eso se lo debo exclusivamente a la fortuna, aún continúo aquí, pero son mayoría los que, impulsados por la escasez de casi todo lo esencial para empezar a subsistir por su cuenta y formar una familia, tomaron las maletas con el corazón hecho trizas pero con la idea de regresar algún día.

Madrid, Bilbao, Valencia, Castellón, Logroño, Málaga, Barcelona, Mallorca, Islas Canarias y no sé que otros lugares más, que a buen seguro se han quedado al borde del tintero, acogen hoy a esos, mis amigos de la infancia, a los que en ningún momento se les ha facilitado el derecho natural de que sus hijos coman erizos, se lancen a la “bomba” desde la cúspide
del puente canal o disputen la final de la “Champions” en la arena de La Victoria con el sol a punto de dormirse en la mar como único testigo.

A veces, con los ojos tristes y la melancolía condenándole la voz, son sus padres, a la grupa de los sesenta y con el descanso de la jubilación bien merecido por los duros años de trabajo, los que aún me recuerdan de cuando juvenil, me saludan por la calle y me comentan no sólo lo bien que les va a sus vástagos sino también lo mucho que les echan de menos. Tanto o más como a unos nietos que, por desgracia, como me confesó el otro día la madre de mi querido amigo Moisés, se han perdido la bendición de crecer entre el olor a mar y la oportunidad de que su abuela pueda dormirles cariñosamente susurrándole al oído el tanguillo de “Los Duros Antiguos”.

Así, casi de puntillas, tal como de forma callada la humedad de esta bendita tierra nos va aplomando nuestros huesos, la mayor parte de esa generación, que colmaba a rebosar las murallas de San Carlos, Plaza de España, Argüelles, Plaza de Mina y alrededores durante las noches de “movida” de finales de los ochenta y principios de los noventa, ha ido desapareciendo del mapa gaditano provocando un socavón generacional. Hoy en día, esto no sólo se traduce en estadísticas negativas del índice de natalidad, con el consecuente descenso de la población sino que, además, ha tenido mucha culpa del imparable envejecimiento de la misma.

Basta sólo con sentarse a tomar una cerveza en la terraza de cualquier plaza gaditana para percatarse de que nuestros mayores ya cuadruplican o quintuplican el número de niños que hoy juegan en ellas. Son nuestros padres y abuelos los que siguen siendo protagonistas de una ciudad, también vieja, que no está preparada ni de lejos para lo que se le viene encima. Sin apenas centros geriátricos, pocos descuentos y ayudas económicas para ellos, escasez de personal para asistir a los más necesitados y unos servicios terriblemente costosos para sus paupérrimas pensiones, ha sido este mismo Cádiz tan amado, junto a sus circunstancias, el que les ha privado de disfrutar de sus familias. Y a mí, como a muchos, de nuestros amigos de adolescencia.

Será en 2012, y como uno de sus servicios más gloriosos a esta ciudad, cuando esos mismos padres y no sus hijos, apenados y echando de menos la tierra que les vio nacer a cada instante, agiten al aire de levante mil banderitas esgrimiendo una sonrisa para que el mundo entero se percate de lo contentos que estamos de celebrar el bicentenario de la Pepa, aunque sea sin la cercanía de los seres queridos.

Menos mal, como dijo aquel, que la ciencia está para algo y unos pocos de los que formábamos ese equipo de 6ºC, hemos vuelto a encontrarnos, gracias a una herramienta en auge que, si antaño en los tiempos de las chapas nos parecía pura y dura ciencia ficción, hoy es una milagrosa realidad llamada “Facebook”.

domingo, 18 de enero de 2009

TRANSPORTE PÚBLICO A PRECIO DE ORO




No dejo de asombrarme al descubrir que, año tras año, con independencia de si sube o baja el precio del petróleo o se congela el coste de la vida (esto último casi nunca), el billete de autobús en Cádiz siempre experimenta un ligero incremento que, sin traducirse la mayoría de las veces en una mejora del servicio, no viene a otra cosa que a intentar ahogar un poco más las ya de por sí escasas y castigadas arcas de los gaditanos. Y es que resulta incomprensible que, en una urbe de apenas 11,4 kilómetros cuadrados, el coste del viaje se ha situado a 0.93 euros, uno de los más costosos de España, muy por encima de ciudades como Valencia (0,56), Sevilla (0,60), Zaragoza (0,50), Bilbao (0,55) o Gran Canaria (0,58), entre muchas otras. Saquen sus propias conclusiones. (Aclaro que estos precios han sido tomados de internet y puede existir alguna que otra leve variación).

Imagino que mis palabras hincharán las venas del cuello a algún listo que saltará a la palestra argumentando que este año se han puesto en circulación autocares nuevos y que la mejora por parte de la empresa es constante. No le quitaré la razón, aunque si quisiera mencionar también que, al margen de que esa sea una obligación de la firma de Transpostes, atendiendo a la notable diferencia del precio del billete, como mínimo los viajeros de Cádiz deberían viajar todos sentados, con pantallas planas individuales, mp3 incluidos y, si me apuran, una azafata o azafato (para que no se me enfade la Ministra de Igualdad) ofreciendo unas bebidas gratuitas. Así de claro.

Quiero pensar, como muchos que mascullan rascándose el bolsillo en la parada cuando llega el autobús, que los representantes de la Comisión de precios de Andalucía, en un alarde de coherencia y no menor grado de sabiduría, (y por supuestos ignorando esos “tópicazos” de Cádiz respecto a las altas tasas de desempleo y el aumento de personas de la tercera edad con sus infrahumanas pensiones), se pasaron tres pueblos a la hora de proponer en agosto pasado la nueva revisión de precios que acaba de ponerse en vigor desde su publicación en el BOJA del 17 de enero del presente 2009.

A todo esto, y poniendo por delante que menudo cabreo deben tener también los tinerfeños, que pagan el viaje a 0,95 euros, el bonobús en Cádiz se ha puesto a 6,20, lo que plantea un serio ahorro siempre y cuando usted sepa dónde adquirirlos, no se hayan agotado, o el punto de venta haya desaparecido definitivamente por quiebra. En Londres y otras ciudades, pongo por caso, cada dos o tres paradas existen unos cómodos expendedores, parecidos a los de la zona azul (que eso es otra historia de la que ya hablaré algún día), que dispensan bonobús y otros paquetes de billetes alternativos. Su implantación, por supuesto, no creo que fuera muy costosa aunque, por supuesto, para la empresa de Transporte Público no resulta nada conveniente. Quizás por ello su afán de poner impedimentos a la adquisición de bonobús.

Dicho esto, con más de tres cuartos de la ciudad en obra, se coacciona aún más a los ciudadanos a tomar un autobús que, por más que uno ajuste cuentas, al final no resulta más barato que tomar el coche o la motocicleta. Así nos luce el pelo.

viernes, 16 de enero de 2009

SOBRE LA BAJADA DE TIPOS DE INTERÉS




La prensa nacional e internacional ha abierto estos días sus portadas con la histórica noticia de la bajada de tipos de interés que, en la zona euro, cae por vez primera al pírrico 2 por ciento. Eso implica, a tenor de algunos rotativos y diversos expertos consultados en la materia, que cerca de 18.800 millones de euros se ahorrarán y se repartirán a modo de “Lotería de Navidad” entre aquellos españolitos (la mayoría) que intentan tomar algo de aire, a mediados de mes, ahogados por las infladas hipotecas.

Lo cierto es que esta noticia no viene del todo mal, aunque ahora a lo que hay que permanecer bien atentos es a la reacción de ésta, nuestra sociedad española, acostumbrada en estos últimos años a poseer varios coches, motos, tecnología de última generación, casa en la sierra o la costa y un sinfín de caprichos sufragados en principio bajo intereses de risa. Ahora, que todos hemos comprobado que cuando el temido euribor ha tornado al alza la soga ha apretado nuestros cuellos, debemos tener cabeza y ser conscientes de que no es en absoluto aconsejable vivir continuamente en base a crédito y tirando de la tarjeta.

Una buena amiga, gaditana y residente en Francia para más señas, y a la que conste en acta que doy toda la razón, mantiene la teoría de que ha sido la propia Comunidad Europea la que, de buenas a primera, ha pretendido adaptar nuestras vidas al sistema americano. Y es que al otro lado del charco, hasta el gasto más ínfimo, parece que ha de pasar estrictamente por el permiso de los bancos. Por eso resulta casi misión imposible encontrar por aquellas lindes a esos sujetos tipo “hormiguitas” que, como decía muy bien Carmen Maura en aquel famoso anuncio de los ochenta, ahorran su dinerito “tacita a tacita”. Esa política de ahorro, la de “tacita a tacita” es la que, digamos por tradición y de generación en generación, muchos europeos hemos mamado desde la cuna. Y si no, ¿quién no recuerda esas huchas de lata que nos regalaban nuestras abuelas o esa primera cartilla que nos abrían nuestros padres acompañadas con el claro aviso de “para que ahorres”? Ahora sin embargo, con tipos de interés tan bajos, da que pensar que el ahorro no merece la pena y que, abonando una ínfima cuota al mes todo queda a nuestro alcance, desde un piso de 150 metros a una supertele de plasma o un BMW último modelo. Pero nada más lejos de la realidad. Porque como la araña que se agazapa al borde de su red, las entidades bancarias pronto perderán el miedo a volver a prestar “pasta gansa” y animarán de nuevo a los usuarios a acumular más créditos a nuestras vidas.

Espero firmemente, que ahora nos comportemos de un modo más cauto y que este último y desastroso año 2008 haya servido para tomar conciencia de que, aunque duela, uno debe conformarse muchas veces con lo que verdaderamente está al alcance de sus posibilidades y que, si uno desea más, lo mejor es “tirar de la memoria”, recordar lo que sabiamente nos decía la abuela y esperar lo que sea necesario hasta que nuestro bolsillo sea capaz de respaldarnos en tiempos como estos. Tiempos de crisis.

jueves, 15 de enero de 2009

¿CRISIS MUNDIAL?









Que vivimos o, mejor dicho, que pretenden hacernos creer que respiramos sumidos en tiempos de crisis nadie lo duda. Lo aseguran hasta los presidentes, desde Zapatero hasta el futuro y esperado Barack Obama. Lo que empieza a escamarme de esto en grado supino, es la proliferación de noticias pésimas que inundan la mayoría de los medios de comunicación en contraposición a la escasez de buenas nuevas más optimistas. ¿Por qué se habla tanto de la subida de la gasolina y tan poco de su bajada? ¿A quién interesa eso? Y es que por más que lo reconsidero, cada segundo que pasa estoy más convencido de que este persistente bombardeo no responde a otra idea que no constituya un enérgico interés por bajar los humos a la población al tiempo que la vuelve apática y la hace sentir que “todo puede pasar”. En una palabra: la atemoriza hasta imposibilitarla para la más mínima reacción.

Tanto es así, que cuando multinacionales enteras, amparadas en los nefastas cifras que registra la economía ¿mundial?, deciden despedir de un plumazo a miles de trabajadores, estos lo terminan asumiendo de buena fe y, como un nutrido grupo de borreguitos, caminan por sí mismos a la cola del paro entendiendo que la crisis les ha tocado de lleno y sus pobres directivos comienzan a pasarlas canutas para mantener el yate, pagar los caprichos de sus amantes o, también y por supuesto abonar la mensualidad al jardinero que ha comenzado a descuidar el césped de la mansión más de la cuenta.

Esta mañana, precisamente, encuentro en la prensa digital un par de noticias que alumbran un tanto mi teoría. La multinacional estadounidense Motorola, continuando la estela dejada por otras muchas con anterioridad, acaba de anunciar sin despeinarse la friolera de 4000 despidos inminentes en 2009, que se unirán, para más gloria, a los 3000 anunciados a fines de 2008. Tres mil de estos últimos afectarán de lleno al área de móviles mientras que los restantes recaerán en puestos de funcionarios corporativos y personal de otras unidades de negocio. Con esto, y varios recortes más, Motorola espera el ahorro de más de 1.500 millones de dólares. Cabe destacar, por cierto, que su actual motor de hacer dinero no ronronea como debiera pues en 2008 “sólo han podido sumar” unos ingresos netos de 7200 millones de dólares, por los 9600 de 2007 y los 11700 de 2006. Esta caída da lástima ¿verdad?

Por el contrario, poco más allá, se informa que “China supera ya a Alemania como tercera potencia económica mundial”. Esto sitúa al gigante asiático, gracias a un aumento del 1,1 de su PIB (Producto Interior Bruto) desde 2007, (esto es, pasa del 11.9 al 13 por ciento, lo que viene a ser 3.76 billones de dólares), tan sólo por detrás y muy cerca de los Estados Unidos y Japón. No hay que exprimirse mucho los sesos para atar cabos y comprender que esa crisis mundial de la que tanto se habla, por tanto, no afecta a todos por igual. Es más, me atrevería a sospechar que grandes firmas como Motorola, aprovechando esta especie de reajuste colectivo y cuando decidan que las aguas vuelven a su cauce, no dudarán un solo microsegundo en abrir nuevas instalaciones en China para abaratar los costes de producción y dar un empuje a sus “paupérrimos” beneficios. Y que fácil habrá sido entonces, gracias a la crisis, haber dado un “gorrazo” a 7000 comprensivos empleados al mismo tiempo ¿verdad?

China, que es igual a costes salariales de risa y explotación máxima de mano de obra de cualquier sexo y edad, saltándose a la torera toda mínima norma internacional, se beneficia por tanto de la crisis occidental aumentando su riqueza con paso firme y despejado hacía el liderato económico mundial. Todo por supuesto, a costa del beneplácito de un capitalismo exacerbado con doble moral que, por un lado se desvive por ayudar al necesitado, y por otro permite y fomenta la esclavitud volviéndole la cara a todos y cada uno de los llamados Derechos Humanos.

Sólo como ejercicios para despertar su curiosidad, les invito a que estudien las etiquetas de fabricación de cualquier aparato tecnológico, juguete o prenda de vestir que encuentren en sus respectivos hogares. Muchos de ellos procede de China y, aunque no lo crean, la mayoría se han terminado de montar en barracones, por menores de edad y en condiciones infrahumanas. ¿Por qué? Pues porque son sin duda más baratas. Y si no recuerden el escándalo de una conocida marca deportiva con los balones fabricados en Afganistán.

Lógicamente, como pueden suponer, esto no significa que estas magníficas cifras económicas chinas producen un enriquecimiento global del país asiático sino más bien sólo para aquellos que sujetan las riendas y lo explotan a gusto junto a la complicidad de occidente, porque el resto, como todos también podemos imaginar y nos la trae bien al pairo al fin y al cabo, continúa confinado y obligado a trabajar 20 horas diarias los siete días de la semana. Ahí es nada.

miércoles, 14 de enero de 2009

FALTA DE PREVISIÓN




No hay más que sumar dos y dos para caer en la cuenta de que el retraso acumulado (y el que probablemente más se va a acumular) de las polémicas y no menos ilógicas obras de ampliación del parking de Canalejas se deben a una falta total de previsión. Y es que poco o nada se puede hacer ahora, excepto ver a los obreros cruzados de brazos, si no se ha caído previa y concienzudamente en la cuenta de concretar de antemano la nueva estación de autobuses. Entonces, señores míos, si como aseguran, ni siquiera se había cursado la solicitud a Adif para la utilización de sus terrenos, ¿a qué viene comenzar la ejecución de las mismas creando un caos circulatorio en la ciudad durante más tiempo del deseado?

Imagino que, como los políticos competentes que creo que se consideran, ahora es cuando llega el momento de echar la patata caliente al otro lado de la red: que si todo está a falta de un documento que debe extender Adif, que si el terreno anexo a las obras puede resultar peligroso, que si pitos que si flautas y que, por supuesto, la culpa la tienen aquellos contribuyentes que lo quieren todo nuevo, para ayer y calentito.

Lo que resulta obvio, y considero que pocos lo negarán, es comprobar cómo en ciudades de Primera División, pongo por caso Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, etc. se construyen estaciones y túneles de metro en cuestión de pocos meses y aquí, en “la Tacita de Plata” (urbe que comienzo a pensar que es de regional preferente por más que la queramos con locura y nos afanemos en lo contrario), las obras se extienden largos meses e incluso años, ya fuere por la incompetencia de unos u otros, por la pésima y lenta burocracia, por la incombustible ausencia de acuerdos políticos o porque, simplemente, media docena de trabajadores con un palustre y cigarro en mano poco pueden hacer mientras el resto de la ciudad se desespera ante la ineptitud o escasa sapiencia de los que controlan el cotarro.

A todo esto, les recuerdo, señores responsables de este desaguisado, que el retraso de las obras continúa estrangulando cada vez más el flujo comercial del centro de la ciudad, aunque cada vez más me da que pensar que eso bien poco les importa.

Día tras día, el que antes solía visitar Cádiz en su vehículo particular, ahora se marcha horrorizado y sin ánimos de repetir la experiencia porque no se cree, como la mayoría, que este circo se haya montado para la ampliación de unas pocas plazas más que, a buen seguro y si no al tiempo, no van a aliviar en absoluto el cáncer que supone en Cádiz la falta de plazas de aparcamiento, pero sí que llenarán, casi con total probabilidad, el bolsillo de alguno que otro.


Y por si no estuviéramos bien servidos de sopa, ya mismo, a escasas fechas del carnaval, nos llega de pleno el segundo plato con el comienzo de las obras de adecentamiento de la calzada que circunda el casco antiguo. Sí, estoy de acuerdo con el hecho de que el piso resulta bastante irregular y que son necesarias, pero lo son no ahora, sino desde hace bastantes años. Con esto quiero decir que desde primeros de siglo esto se podría haber reparado en pequeños tramos sin perjudicar tanto como lo van a hacer ahora. Y es que en una ciudad-isla como la nuestra, que de pronto se borren del mapa cerca de 1800 plazas de aparcamiento, significa poco menos que el inicio de una histeria general y la muerte de las pocas empresas del centro que aún soportan a duras penas los bombardeos de una crisis a la que ni siquiera parece verle fin el mismo presidente del Gobierno. En resumen, una vez más, la alarmante ausencia de previsión de algún incapaz sigue oprimiendo todavía con más fuerza el gaznate de esta bella ciudad trimilenaria que, a cada día que pasa, ya no tiene ni puñetera gana de sonreír mientras sigue pensando que durante ese jodido 2012, se va a asemejar irremediablemente a ese Villar del Río que el gran director Luis García Berlanga retrató de forma maravillosa en “Bienvenido Mr. Marshall”.

martes, 13 de enero de 2009

RECTIFICAR ES DE SABIOS

Por más que procuro evadirme a menudo de la realidad, nunca consigo acostumbrarme a esas noticias que no sólo no logran por sí solas franquear las fronteras de la ficción sino que también, y sin mucho esfuerzo, las mayores expectativas del acto más lógico y razonable que se puede imputar a una “persona humana”, como diría el magnífico Ángel Garó. Y me explico. En estos tiempos que nos abrigan, en los que por desgracia la palabra “crisis” se ha afincado en nuestro vocabulario con el firme y cabreante propósito de atrincherarse tras mil barricadas, muchos políticos aún no parecen haberse retirado la venda de los ojos y, saltándose a la torera la atención de sus auténticas responsabilidades, que no son otras que representar, servir y beneficiar al conjunto de la ciudadanía, se empeñan, ya sea por activa o por pasiva, en nadar a contra corriente por no se conoce qué afán de protagonismo o, como diría aquel famoso literato de cuyo nombre es que no me da la gana de acordarme, simplemente por dar bien y de forma reiterada por la retaguardia.

En este caso y sin más dilación, mis palabras apuntan de lleno a la alcaldesa de Cádiz, doña Teófila Martínez, y su sibilino deseo de llevar a cabo a toda prisa la tercera fase del estadio Ramón de Carranza a costa de hipotecar las arcas municipales, de una de las ciudades más pobres y deprimidas de Europa, con nada menos que 40 millones de euros, lo que supone un 60 por ciento del presupuesto municipal. (Y que conste que, como a muchos gaditanos me da exactamente igual que sea en uno o en dos años a razón de 20 millones). En este punto me permito un inciso y solicito de forma encarecida al lector que prenda la calculadora más cercana y proceda a multiplicar 40 millones de euros por 166.386 pesetas. Luego que cada uno saque sus propias conclusiones). Y que conste que, cuando decido emerger el periscopio, éste pasa de largo muchos pueblos de señalar si es mejor lo que dice la derecha o la izquierda, sino que sólo se preocupa de apuntar hacia el camino idóneo de lo que como ciudadano de a pie y votante me parece más justo.

Cierto es, como el mismo consistorio gaditano y ella personalmente se ha encargado de recordar, que este proyecto formaba parte de su programa electoral y que así debe cumplirse. Mentiría si dijera que sus palabras no suscitan cierta nobleza y no menor respeto, aunque también lo haría si dijera que, en estos malditos tiempos que corren, se alejan años luz de lo que se entiende por razonable. Y es que creo que en una población como Cádiz, tan enferma por el desempleo, por el cierre constante de empresas, por la escasez de viviendas, por el descenso imparable de la natalidad con el consecuente envejecimiento de la población, por la falta de preparación de cara al turismo, por las desorbitadas tasas de impuestos y servicios y un sinfín de problemas más que comienzan a parecer insalvables, lo último que creo que hace falta es que se termine de modernizar un estadio como el Ramón de Carranza en el que, recordemos y me duele en grado superlativo decirlo como cadista, juega en la actualidad un equipo que, por más que nos empeñemos y por todo el cariño y apoyo que pretendamos darle, a duras penas consigue cuadrar sus cuentas a final de temporada. (Con la innegable duda, dicho sea de paso, que esto genera por parte de sus actuales dirigentes). Así que, desde aquí me pregunto, y siempre que no exista algún interés que desprenda cierto tufo y del que nunca sepamos, si no resultaría más lógico dar un paso atrás respecto a ese punto electoral, emplazarlo para tiempos mejores, e invertir ese enorme presupuesto en otros proyectos mucho más necesarios y prioritarios para una ciudad, que las mismas estadísticas señalan que agoniza y que en el 2012, como muchos moribundos, espera ofrecer una última sonrisa antes de verse sumida en el más mísero abandono.

Para concluir, quisiera dejar patente que con esto sólo pretendo solicitar un poco de coherencia y cordura por parte de todos y cada uno de nuestros dirigentes, y esto pasaría por el simple hecho de que, para un asunto tan trascendental para nuestra ciudad, bien rectificaran de forma directa mostrando algún índice de sabiduría, o se prestaran a solicitar una especie de referéndum a los gaditanos o a los mismos socios del Cádiz C.F., muchos de ellos parados, sin viviendas, hipotecados hasta las cejas y con otras muchísimas prioridades antes de ver que, con todos mis respetos, equipos como el Lucena, Antequera o Roquetas de Mar puedan disputar sus partidos ante el Cádiz de sus amores en el Nou Camp de Segunda B. En cualquier caso, como último apunte quiero recordarles que nada pasaría si se celebrara el centenario del Cádiz con la grada actual en vez de con una moderna superconstrucción, cuando recordemos que pudimos pasar perfectamente celebrando el cincuentenario del Carranza en Bahía Sur por problemas de última hora con el césped.