jueves, 22 de enero de 2009

MÁS VALE TARDE QUE NUNCA. CONSUMA “MADE IN SPAIN”




Reza el sabio refranero español que “más vale tarde que nunca”. Deseo aclarar que esto viene a que, por fin, el 21 de enero de 2009, y siempre desde el modesto punto de vista del periscopio, el ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, se atrevió a lanzar al aire una simple “propuesta-medida” con cierto tufo “proteccionista”, aunque él se empeñe en sostener lo contrario, para paliar no sólo los efectos de la crisis sino proteger, de paso, muchos puestos de trabajo. Tantos como 120000. Que no es poca cosa.

Dicha medida no consiste en más que conceder cierta prioridad a los productos españoles en nuestra cesta de la compra. Ojo, que Sebastián no ha querido decir con esto que el pueblo se gaste más ni sólo se consuman productos españoles, sino que “a los factores de calidad y precio, por ejemplo, se añada a partir de ahora el hecho de que el -made in- sea de nuestro país”. Esto, por lógica, evitaría pérdidas en las nuestras empresas lo que, por consiguiente, ayudaría a mantener la cifra de puestos de trabajo señalada con anterioridad. Por supuesto, su coherente medida no sólo abarcaría la cesta de la compra sino, por ejemplo, también ayudaría, y mucho, el sencillo gesto de cambiar unas vacaciones en el Caribe por otras en el bello territorio nacional, por aquello de dejar el “dinero fresco” dentro de nuestras fronteras.

“Bastaría con que un ciudadano sustituya en su cesta de la compra productos importados por nacionales por valor de 150 euros al año, el equivalente a un traje, un abrigo o juguetes de navidad”- afirma el ministro. Y me parece bien, qué quieren que les diga porque, como observarán, cuando llueven los problemas, todo hijo de vecino lo primero que procura es velar por los intereses de sus seres queridos, por lo más cercano y ¿qué hay en estos momentos más cercano que nuestro país cuando las estamos pasando tan perras?

En cualquier caso, es ahora, al comparar precios buscando el “made in Spain” cuando nos daremos cuenta de la verdadera competitividad de nuestra nación sobre los omnipresentes productos asiáticos que han terminado por hundir la economía muchos países europeos, al margen de otros muchos factores, claro está.

Como no podía ser de otra forma, y como toda cara tiene su cruz, la asociación de empresarios exportadores ha puesto rápidamente el grito en el cielo argumentando que esta medida podría perjudicar drásticamente las exportaciones españolas en caso en que los demás países decidan hacer lo mismo. Sin embargo, vuelvo a insistir, el ministro ha estado de lo más comedido y prudente en sus declaraciones, puesto que no parece haber dicho nunca eso de “busque, compare y si es español, cómprelo”, sino que se tenga en cuenta la nacionalidad como un factor más a la hora de elegir.

Dicho esto, me uno a este medido e invito a todos a que no sólo se animen a adquirir productos españoles en la cesta de la compra sino en otros ámbitos, desde ropa, calzado a vehículos, etc. ya que así, aunque no nos percatemos, nos estaremos ayudando mutuamente los unos a los otros y, sin sospecharlo siquiera, probablemente alguien, en las próximas horas y en algún lugar de este país, estará aportando su grano de arena para que no sea usted el próximo en perder el puesto de trabajo.

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