lunes, 26 de enero de 2009

LAS CUENTAS QUE NO CUADRAN




Mire por donde se mire, por más que gire el periscopio de un lado a otro o vaya de arriba a abajo, hay cuentas que no cuadran.

ING, el gigante holandés, supuestamente “uno de los grupos bancarios más potentes que existen y que más beneficios aportan a sus miles de clientes por todo el mundo”, según la constante y redundante publicidad con la que nos suele “machacar” hasta la saciedad por radio, televisión y prensa, salta ahora a la palestra, aprovechando la crisis y que el Pisuerga pasa por Valladolid, para anunciar a bombo y platillo que se añade a la nueva moda de los despidos en masa.

De momento, ING acaba de reconocer que sus pérdidas en 2008 han rozado los 1000 millones de euros (que traducido a pesetas resulta que no hay pantalla de calculadora corriente que lo resista). Añadido a eso, y en poco menos que una semana después de que Microsoft anunciara 5000 despidos, apuntan que nada más y nada menos que 7000 trabajadores tomarán el camino de la calle durante 2009 a fin de reducir esos costes porque, entiéndanlo, ya sea por una razón o por otra, se demuestra la misma ley universal de "siempre": Si la gestión resulta positiva y con beneficios, la gloria y los dividendos son "siempre" para los jefes y si, por el contrario, la misma se torna en números rojos, la miseria, la culpa y las repercusiones son "siempre" para los empleados. Así de claro ha sido, es y me temo que será siempre por más que avancen los tiempos.

En cualquier caso, Michael Tilmant, consejero delegado de ING, ha presentado su dimisión, que por cierto deberá ser ratificada en una próxima reunión de accionistas el 27 de abril. Sí, por supuesto, es lo que usted está pensando, otro pez gordo que a buen seguro, tras percibir un suculento finiquito y “cargarse” todos esos puestos de trabajo, se retira forrado hasta las cejas a pasar sus últimos años en algún lugar de Hawai o las Bahamas.

A todo esto, ING, imagino que en un alarde de ingenio por mantener la fidelidad y confianza de sus clientes, tranquiliza al personal comunicando que la división bancaria ha generado unos beneficios de 500 millones de euros pero que, por el contrario, es la división de seguros la que ha perdido 9000 millones. Pues vaya, si eso es “fresh banking”, vuelvo a insistir en que prefiero la vieja alcancía de lata de mi abuela, que esa no falla ni terminará echando a nadie a la calle.

Por cierto, olvídense de los coches de Fórmula 1 con los colores anaranjados del ¿gigante? holandés y de tanto “machacón” televisivo porque parece que los “cerebros tulipanes” han recapacitado un poco y también recortarán en esas facetas. Normal.

Lo dicho, nueva multinacional que se retira la careta y se une al club de los despidos eliminando 7000 puestos de trabajo más. Y se ve que, como el virus de la gripe que avanza imparable por estas fechas, otras empresas continúan presentando enormes cuentas negativas con las consiguientes e inmediatas acciones de despidos. La última en hacerlo, lo acabo de oír en la Cadena SER hace unos minutos, es otra gran multinacional holandesa, Phillips, que acaba de anunciar una pérdida de 1400 millones en el último ejercicio y, por consiguiente, dará la patada a 6000 empleados. Y es que queda ya muy claro que el trabajador en la empresa, desde hace mucho tiempo, ha dejado de ser un valor en alza para pasar a convertirse en un estorbo.


Espero sinceramente que los reajustes, que unas y otras prometen, y que su filosofía de aciertos, que le hacían crecer en bolsa no hace mucho tiempo, vuelvan a producirse y pronto, muy pronto, estas firmas que sólo encuentran en los despidos masivos la única vía de mejora, comiencen a rectificar en sus medidas.

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