No me cabe duda de que “humanidad” sería la palabra que más adecuadamente definiría para condensar, en cierto modo, la exitosa primera novela del joven escritor italiano Paolo Giordano. En "la soledad de los números primos”, Giordano narra el paso de la infancia a la adolescencia y, finalmente, a la vida adulta de Alice y Mattia, dos personajes que tienen como denominador común el hecho de haber sufrido un trauma infantil que les ha dejado marcados para siempre.
Durante el transcurso de la trama, uno tiene la impresión de que ambos han nacido el uno para el otro, sin embargo, sus fobias y miedos, o también la mayoría de las veces su nulo optimismo e iniciativa, les separa de tal manera que suele dar la impresión de que nunca llegarán a estar juntos. En este sentido la novela se convierte un poco en una especie de quiero y no puedo, como dos imanes que se atraen y que al final muestran sus polos opuestos para volver a separarse una y otra vez. Es una historia real, de amor sincero, miedos, escaso poder de superación y en el que la cobardía llega a tal extremo que prevalece sobre la posible felicidad de los protagonistas.
En cierta manera, y esto es a titulo personal, quizás me he llegado a sentir un poco reflejado con algunas situaciones de los personajes, siempre salvando mucho las distancias. Recuerdo la primera vez que, con siete u ocho años quedé prendado de una chica de mi clase. Estuve “colgado” de ella toda la EGB y recuerdo que el temor al rechazo y mi timidez pesaron demasiado para que nunca me atreviera a expresarle lo que sentía. Luego, al pasar al instituto, nuestros caminos se separaron para siempre y no he vuelto a saber nada más de ella. Así de sencillo. Creo que en este sentido jamás sabré si llegué o no a ser correspondido, aunque a decir verdad, igual será mejor seguir viviendo sin saberlo. Ese es el tipo de cobardía que se describe en el libro. Mattia ama a Alice y Alice a Mattia. Sin embargo, el lector siempre tiene la sensación de que jamás estarán juntos, que una cosa u otra siempre evitarán su felicidad conjunta. Y así hasta alcanzar un final que, estoy convencido, no contentará a muchos pero que si comprenderán aquellos que miren esta novela no como un cuento de hadas sino como una historia cotidiana que puede estarle sucediendo al vecino de enfrente. Es la historia, en definitiva, de dos personas que existen en realidad y que mientras alguien lee esto, quizás se estén besando de nuevo en el andén de una estación mientras un tren se prepara para partir y concederle una nueva esperanza.
Vaya por delante pues mi recomendación de esta novela de Paolo Giordano tan bien escrita, con un lenguaje correcto nada “pastoso” y en el que, por cierto, la metáfora de la teoría de los números primos y que por cierto da pie al nombre del libro, roza por sí sola la calificación de obra de arte.
Quizás, eso sí, es posible que los lectores que no hayan alcanzado la treintena no logren entender el verdadero mensaje que propone el autor pues corren el claro riesgo de encontrarse ante una historia de amor adolescente a medio finiquitar. Incluso he leído por ahí que alguien proponía una segunda parte que, si algún día se hiciera realidad, debería escribir el autor dentro de otros treinta años.
Por cierto, para los que quieran saber qué ocurrió más adelante en mi instituto, sólo diré que el tiempo fue buen curandero y que en el último curso acabé conociendo a una chica de lo más maravillosa e increíble, la que hoy es mi mujer. Quizás aquel primer tropiezo me hizo armarme de valor y aprender a expresar realmente lo que sentía, algo que, eso sí, parece que nunca aprenderán Alice y Mattia.
Título: "La soledad de los números primos"
Autor: Paolo Giordano
Ediciones Salamandra. P.V.P. 16 euros
No hay comentarios:
Publicar un comentario