Hay libros que te besan en la boca. Que te dejan en el paladar ese refinado gusto a miel y que te hace sentir como si alguien te hubiera dejado una muesca en el alma o zarandeado el corazón a conciencia. No es que ocurra mucho... pero a veces sucede. Y digo bien alto que no tiene por qué ser un/a autor/a conocido/a, más bien al contrario. Son obras que, por no sé cómo explicar qué extraño magnetismo, a uno le atrae desde los anaqueles hasta impulsarte a leerlos sin plantear objeción alguna.
La historia que ha dado pie a mis palabras no es otra que "El final del Ave Fenix", de la valenciana Marta Querol Benech, una novela que, de entrada, quedó entre los diez finalistas del Premio Planeta 2007. Respetando mucho a los vencedores de aquel año, el señor Juan José Millás (ganador) y el señor Boris Izaguirre (finalista), debo afirmar que si ambos se hubiesen molestado en leer la propuesta de Querol, mucho me temo que les hubiera embargado la vergüenza al levantarse a recoger el premio. Y por favor, que nadie piense que me expreso de forma gratuita. Siempre respetando los trabajos de ambos escritores mencionados, animo al que difiera a que se asome sólo al prólogo de Marta Querol y comprenderá que nadie puede escribir algo tan profundo, tan desgarrador y tan bello. Y es que mentiría si no admitiera que Marta ha sabido poner palabras a un sentimiento que conservo latente de no hace mucho, primero con la muerte de la madre de mi mujer y segundo con la de mi padre.
Y que conste que aún teniendo la ocasión, no pude conocer como me hubiese gustado a Marta Querol durante nuestro fugaz encuentro en Málaga el pasado mes de Mayo. Quiso la mala fortuna que, en vez de firmar juntos como estaba previsto, yo fuera a firmar ejemplares a la mesa de la FNAC mientras ella se ubicó en el stand de otra librería algo más allá en aquel precioso paseo de la capital de la Costa del sol. Ahora, una vez leído su libro, cada vez que lo pienso, más rabia me da porque me encantaría comentar con ella algunas cosas de la historia.
Un tiempo después de eso su libro cayó en mis manos como por arte de magia, así que no lo dejé escapar. Tan sólo leer las primeras palabras no tardé en comprender su intenso significado, lo profundo de la historia y la capacidad de la autora para no dejarme indiferente.
Su prólogo, vuelvo a insistir, resulta sublime, sobrecogedor y capaz de perforar el corazón más gélido.
La trama de "El final del Ave Fenix" narra la vida de tres generaciones de las familias Lamarc y Company, desde poco antes de la Guerra Civil hasta nuestros días, con especial atención a Elena, una mujer tan inteligente, sufrida y adelantada a su tiempo como incomprendida en lo que a cariño se refiere.
En la novela, gracias a sus personajes, la autora narra el cambio social y el padecer por el que han pasado muchísimas mujeres de nuestro país. En este sentido, el papel que juega Dolores, mujer fría con su hija y ciega respecto a todo lo que la hace sufrir su marido, dice mucho en una historia narrada con brillantez y manos de seda.
Marta Querol pasa por las tres fases del libro: Infancia, adolescencia y madurez sabiendo narrar lo más importante de cada familia sin que se note que sobra o falta nada. A veces reina la tristeza, el odio, la rabia, la traición y la pesadumbre, aunque también hay un hueco para el humor (recomiendo la genial escena de Carlos y la gallina), sin embargo, la trama también está repleta de altibajos; de caídas y más caídas de las que Elena, como el Ave Fenix, vuelve a retomar el vuelo una y otra vez hasta que sus fuerzas se lo permiten. Entrañable en todos los aspectos, Querol destaca en su flamante debut literario por ser una narradora de muchos quilates y saber colocar al lector donde debe para, desde allí, mostrarle cada escena con una viveza e intensidad dignos de las grandes autoras.
En resumen, "El final del Ave Fenix" es la historia de una vida que merece ser contada y mucho más ser leída. Quinientas sesenta y una páginas que relatan las vivencias de una abuela, madre e hija conectadas al fin por un final en el que no pocos lectores habrán hecho esfuerzos por no soltar una lágrima.
Si lees esto, gracias Marta Querol Benech por tu magnífico libro. Sólo me queda decirte que, al menos para mí y seguro que para muchos lectores más, después de leer tu trabajo y dejarme helado, merecías con creces ese premio en el que quedaste a las puertas. Esperaré con ansias tu próximo trabajo. No lo dudes.
Un abrazo.
Datos del libro: El Final del Ave Fenix
Autora: Marta Querol Benech
Editorial: Centurione
ISBN: 978-84-936172-2-6 P.V.P. - 22 euros
Espero poder comentar algún día el libro contigo, porque la sensibilidad que has mostrado al interpretarlo me ha emocionado a mí también, y seguro que sería muy enriquecedor. Confío que el destino nos dé esa oportunidad que se nos despistó en Málaga.
ResponderEliminarSí te imaginas lo que puedo sentir al leer esto, porque también eres escritor, pero te aseguro que me has arranzado una lágrima y me siento feliz.
Escribir siempre merece la pena, pero comentarios como el tuyo lo convierten en algo muy, muy especial. Muchas gracias.
Me ha emocionado como has expresado tus sentimientos con respecto a la novela de Marta.
ResponderEliminarSoy una gran fan de ella, porque ha sabido contar una historia real de sentimientos y actitudes ante la vida, que hemos sufrido muchas personas, por lo menos en Valencia. No podría decir porque esa actitud ante la vida, quizas la época, la educación , pero existen muchas familias Lamarc y Company.
Con respecto a que quedara finalista en el premio planeta, no me extraña, y esto es una opinion personal, siempre lo ganan personas famosas y con tirón comercial, sólo 2 veces he leído un premio planeta y nunca mas, pues no me aportaron.
Estoy deseando leer la 2ª parte, por lo que me gusta animar a Marta y decirle sigue así.
Ana
Gracias Ana. Creo que la historia es universal, y que tal vez porque cuento algo cotidiano, corriente, ha llegado a tanta gente que se ha visto identificada con lo que he escrito.
ResponderEliminarTambién por eso, tal vez, me ha sido tan difícil publicarla.
Espero tener más suerte con la segunda.
Ahora, al margen de lo que cada uno opine sobre la calidad de los premiados, que no voy a entrar en eso, tengo que reconocer que la novela que presenté al premio Planeta no estaba en condiciones de ser publicada, necesitaba más trabajo. Quedar finalista fue el empujón que necesitaba para saber que tenía qué hacerlo.
Gracias a los dos.
La leeremos.
ResponderEliminarExcelente reseña Javier. Yo también he leído "El final del ave fénix" y puedo afirmar que tus palabras son certeras y justas. Malube es una grandísima escritora y, si no fuera por circunstancias que no vienen al caso, Izaguirre y Millás tendrían que haberle cedido el premio. En fin, esto es hablar por hablar. Lo importante es leer el libro que merece la pena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sergio.
Sergio, gracias por pasarte. Pero ya explico que tampoco era yo la más adecuada.
ResponderEliminarPues si la lees, Francisco, me encantará tener tu opinión. Conozco pocas personas que lean tanto como tú.
Gracias por "agradecerme" la reseña de la novela de Marta Querol, pero creedme, era lo menos que podía hacer ante una obra tan redonda.
ResponderEliminarMartha, he leído ya dos preciosas reseñas de tu libro, lo que me hace pensar que se trata de una obra profunda, bien escrita y merecedora de estar entre los finalistas de un premio de esa categoría. Ojalá hubieras ganado, pero lo que sí ganaste es que se te reconociera como buena escritora.
ResponderEliminarTe deseo el mejor de los éxitos con El final del Ave Fénix, un libro que según veo, vale la pena leer. Lástima amiga, que yo esté en Venezuela, pero lo encargaré a la primera persona que conozca que viaje a España.
Un abrazo grande,
Blanca
Uf, Blanca, muchísimas gracias. La verdad es que reseñas así te hacen pensar que no te equivocaste al sentarte a un teclado, pero como he dicho antes me queda mucho por recorrer y aprender. Gracias por tus palabras. Me temo que te será difícil encontrar el libro, ya no en Venezuela, sino aquí en España, pero si lo quieres de verdad, intentaré hacértelo llegar. Un abrazo.
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