miércoles, 11 de marzo de 2009

TRISTE EFEMÉRIDE Y VIAJE A VALENCIA



Hoy, 11 de marzo de 2009 tengo el corazón como herido. Medio quebrado. Dividido. A medio camino entre la tristeza y el atisbo de alegría. Por el lado más oscuro, esta jornada supone la efeméride del quinto aniversario del horrible atentado del 11-M que, recuerdo y jamás debemos olvidar porque las victimas no se lo merecen, costó la vida a 191 personas e hirió a más de 2000; muchas de ellas aún con secuelas físicas y todas, a buen seguro, con daños psicológicos hasta el último de sus días.

Y aunque aún no estoy autorizado para adelantar nada sobre mi tercera novela, el corazón, arrastrado por el cauce de una cascada de sentimientos y los sorprendentes descubrimientos que me han embargado durante su desarrollo, me impulsa a anunciar que ésta tiene algo que ver con este trágico acontecimiento y que escribirla, insisto en que sobre todo por el modo en que han ido surgiendo una serie de inesperados e insólitos acontecimientos, ha cambiado mi modo de afrontar y ver la vida y el mundo para los restos, cosa que, estoy plenamente convencido, también le podrá ocurrir a cada lector que decida acercarse a ella.

Prevista para ver la luz a mediados de septiembre, tal como acordé ayer mismo con mi editor, hoy debo tomar descanso y hacer las maletas para viajar esperanzado a Valencia con la idea de pasar allí unos días y vestir de nuevo mi alma con ropas y alma de pirata para presentar “Los Diablos del Mar. La odisea de la Burla Negra”. Así, con ilusión y no menos alegría, será para mí un placer llevar a tierras levantinas la odisea de Benito de Soto y sus compinches, las desventuras de Nadja, la valentía de Helen Field, la superación de Alan Clark, la compasión de Reinaldo Leal…y todo el elenco de personajes de esta historia que viajaran conmigo para cobrar vida de nuevo en Casa del Libro el día 24 a las 19.30 con la participación de la guapísima poeta y no menos talentosa Paula Camacho Martínez. Lástima que, si no surge un milagro de última hora, Quique, mi compañero pirata en este “tinglado literario”, no pueda acompañarme esta vez.

Hasta entonces, hasta mi regreso a la Tacita de Plata, el periscopio esconderá la lente…

Un abrazo a todos y hasta la vista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario