jueves, 26 de marzo de 2009

LOS PIRATAS DEL ATLÁNTICO PASARON POR VALENCIA


Y lo hicieron de una forma muy digna y formidable, ya que cerca de una treintena de personas se dieron cita el pasado 224 de marzo en el coqueto espacio que la sede de Casa del Libro de Valencia suele preparar para estos eventos.

Unos minutos por encima de la hora prevista, como suele ser habitual para esperar a los rezagados, la joven y por cierto guapísima poeta Paula Camacho comenzó el acto hablando un poco de mi labor literaria y la de mi compañero Enrique García Luque, antes de realizar una rápida valoración de lo que la lectura de “Los Diablos del Mar” le había transmitido. Desde aquí aprovecho, una vez más, para agradecerle a esta buena amiga el apoyo mostrado desde el principio y su participación en la presentación de esta, mi segunda novela. Como más tarde le garabateé en su ejemplar, espero devolverle el gesto y que pueda ser yo el que más pronto que tarde presente alguno de sus proyectos, (si es que el trabajo, ella lo estima conveniente y las circunstancias lo permiten, por supuesto).

Tras su primera intervención, Paula, a modo de entrevista, comenzó a preguntarme sobre el libro, el cual fui desgranando poco a poco, intentando “tocar” los puntos más importantes de la historia, para lo que me ayudé también de distintas anécdotas históricas y datos curiosos sobre destacados corsarios en pos de entretener aún más al personal, al cual se le notaba bastante atento y comprometido con la causa pirata.

Treinta minutos después, aproximadamente, tras repasar las andanzas de Benito de Soto Aboal y enfilar el camino de los agradecimientos, llegó el turno del público. La primera intervención correspondió a Alejandro (creo que se llamaba así y pido disculpas si me equivoco, ya que reconozco públicamente que soy nefasto para recordar los nombres si no es a fuerza de machacarlos un poco). Más tarde tuve la ocasión de hablar largo y tendido con él. Alejandro es un enamorado de las aventuras náuticas, encabeza una página web al respecto y ama tanto la literatura que se ha lanzado a escribir un libro que, espero, pronto pueda ver la luz.

La segunda y última intervención es la que, admito, me dejó un tanto fuera de juego. Y creo que no sólo a mí sino a la mayoría de los presentes. Reconozco que naciendo en Cádiz y como él mismo sujeto bien dijo, “la cuna de la libertad” uno es y debe ser respetuoso con toda ideología, aunque claro, lo que llama a la razón es que cada cual exprese en este país lo que desea pero en el lugar y momento oportunos, si es que la masa gris de la azotea, claro está, funciona como debe ser o necesita una puesta a punto. El hecho es que este señor aprovechó la ocasión para comenzar a elogiar el ideal republicano y todo lo que ello representó en nuestra historia. Repito que todo esto sin venir a cuento. En principio, y recalco que por educación, me mantuve frío (y más aún desconcertado) mientras mis ojos buscaban alguna cámara oculta cuando ante la sorpresa de todos comenzó a entonar “Los duros antiguos” a capella, poco antes de recordar las andanzas del Ché Guevara mientras varios de sus paisanos valencianos procedían a abandonar la sala sin poder soportarle más. Capeando aquel amago de tempestad junto a Paula, que también me devolvía una mirada sumida entre la confusión y la sorpresa, desee que apareciera por donde fuera Juan Imedio provisto con el ramo de flores que le acompaña en sus famosas inocentadas, sin embargo, a la postre, y lejos de lo que todos esperábamos, aquel hombre acabó por reconocer su actitud cansina y después de darme la mano se marchó por donde había venido.

Para olvidar aquel episodio, más apropiado de los seguidores del psicólogo Javier Urra, el acto se cerró con una buena copa de cava y la compañía de algunos familiares y amigos. Culminó así pues esta anécdota inesperada que me acompañó en Valencia en una tarde inolvidable en la que, por cierto, se notó la ausencia de mi amigo Enrique García Luque.

Para terminar la entrada de hoy y celebrar esta nueva presentación de “Los Diablos del Mar”, (la primera lejos de Andalucía y como dije, casi en mi segunda casa) insisto en afirmarme en que los lectores pueden localizarme vía internet cuando lo deseen (incluido este señor republicano) siempre y cuando su intención sea para tratar asuntos relacionados con mis libros o referentes a literatura porque para política, republicanos, demócratas, monárquicos, anarquistas, extremistas y demás, ya existen otros momentos y lugares más allá de los actos de presentación de un libro de piratas.

Un abrazo a toda Valencia y gracias por vuestra fenomenal acogida. Esperaré con ansias vuestras críticas. Por cierto, no sé quién colocó ahí el cartel en el escaparate de Casa del Libro, pero debe ser alguien que ilusión me hizo, por Dios...

2 comentarios:

  1. En primer lugar, muchas gracias por tus albanzas, para mí fue todo un honor acompañarte en esta presentación y darla a conocer entre mis paisanos Valencianos.
    La verdad es que la anécdota de ese señor contribuirá a hacer inolvidable aquella tarde.
    Mucha suerte con la tercera novela, estoy deseando que salga para devorarla, y espero que la historia se repita, incluso invirtiendo los papeles.

    Muchos besos.

    Paula

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  2. Gracias a tí, Paula. Estoy seguro de que muy pronto volveremos a encontrarnos para tu libro. Por cierto, tus poesías son geniales.

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