lunes, 16 de febrero de 2009

UN PROYECTO ILUSIONANTE...¿A QUÉ VIENE ALGUIEN Y LO JODE?


Cuando este pasado fin de semana leí las noticias de la prensa local gaditana, no pude ocultar mi sorpresa al comprobar, que entre tanta crisis y mal rollo, despuntaba una buena nueva que venía a alimentar la esperanza de la ciudad. Más concretamente la de una de las zonas más desaprovechadas de la misma: La zona franca. Para más detalle, la entrada de Cádiz según se llega por el Puente Carranza. Allí, junto a una fábrica de Altadis que agoniza desde hace años y cuyos trabajadores ya juegan al “pito pito gorgorito” para ver a quién le toca marcharse antes, parece que un grupo de inversores holandeses han fijado sus miras para, aprovechando el cierre de varios locales y empresas junto al Supersol de toda la vida, estudiar la construcción de un nuevo centro comercial que podría generar, según un par de consultoras que han llevado a cabo y en secreto el estudio del proyecto, unos dos mil puestos de trabajo.

Convendrán conmigo que, después de los despidos continuos en Airbus, Altadis o General Motors o los cierres definitivos Delphi y muchas de las pequeñas y medianas empresas del entorno de la Bahía, esta noticia llega como agua de mayo. Ahora sólo resta que el proyecto continúe adelante y que no quede, como casi siempre, en agua de borrajas o una inocentada más a las que, por desgracia, ya estamos tan acostumbrados en esta provincia de España en la que casi todo nos lo solemos tomar finalmente a broma, cuando no a cachondeo.

Entiendo y eso es lo que más me asusta, que un proyecto de este calibre implicará grandes cantidades de euros de por medio, y ahí es donde radica el riesgo de que, como viene siendo habitual, algún listo/a encubierto/a aparezca en la escena para intentar sacar tajada y forrarse a costa de estos holandeses hasta que los haga desistir y todo quede en el maldito intento. Ojo, que nadie se escandalice ni ponga el grito en el cielo por lo que digo, porque si atendemos a las noticias diarias de nuestro país, caeremos en la cuenta de que el trinomio política-intereses comunes-corrupción, es el pan nuestro de cada día. Un hecho que ya contemplamos tan normal, que cuando se descubre a un nuevo político corrupto, sea del partido que sea, uno ya no levanta ni la ceja.

Por eso, aunque me lo anuncien a bombo y platillo, (y quizás porque uno ya se está acostumbrando a tener tantas muescas en el órgano de la ilusión) hasta que no vea el centro comercial levantado y con ambiente en la puerta para entrar, no me creeré absolutamente nada. Porque sí. Porque es así. Porque lo que aún ni siquiera sospechan estos señores holandeses es que, a pesar de las necesidades de nuestra tierra y que muchos matarían por trabajar en dicho proyecto, dentro de poco, y si no al tiempo, empezarán a ahogarse en un sinfín de papeles y burócratas con tendencia a poner la mano.

Ojalá me equivoque y dentro de muy poco, alguien me diga que debo retractarme de mis palabras, porque eso significará que nada más y nada menos que 2000 gaditanos tendrán la oportunidad de vivir e ilusionarse como dignamente se merecen.

Por favor, señores políticos y demás miembros (“miembras”) de entes que se puedan verse implicados de alguna manera en este sueño, ya sea Ayuntamiento, Diputación, Junta de Andalucía, Estado, etc. les ruego encarecidamente desde el periscopio que, por una puñetera y jodida vez, dejen a un lado sus diferencias (e intereses particulares el que pensara tenerlo) y miren por el bien común de una ciudad que se muere a marchas forzadas
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